Marcos
Jayaliyu - Putchiput wűinpejewoi
El Palabrero de la Zona Norte Extrema de la Alta Guajira
Por, Eduvilia
Uliiana - wayuu del clan Uliiana
Escuela de
comunicaciones del pueblo Wayuu
El wararat,
el celular y la palabra. Son las herramientas de trabajo de Marcos Jayariyu. Un putchiput wayuu de 58 años de edad, con amplia experiencia en la resolución de conflictos. Representante
de sus sobrinos y demás miembros de su
clan Jayaliyu. Es consejero
territorial de la Zona Norte Extrema de
la Alta Guajira.
Nació en
marzo de 1959, su niñez estuvo marcada por
la preocupación de su madre “mi madre le decía a mi padre, pobre de nuestros
hijos que no serán respetados, porque
nosotros no hemos sido buenos ejemplos
para ellos”. Cada madrugada la conversación se repetía, tanto que se quedó
grabada en su mente y la expresa en su fuerte carácter. Su objetivo de vida es construir para él y para
su clan el respeto wayuu.
Sus enérgicas
palabras anuncian el pensamiento de un
wayuu “un wayuu es rico cuando es Kamaneshi (Amable), akaalijai (Solidario) y
anoutui pűtchi (orientador de palabras) que
resuelve conflictos (anaatui kasachiki) “con ese sentir desde muy joven
se perfiló como el líder la familia y comunidad.
Para finales
de la década de los 90 afronta con dureza la fuerte situación de inseguridad
que se propagó en La Guajira, por la
presencia de grupos paramilitares. Para el año 1998, en asamblea general de autoridades
fue nombrado consejero territorial de la
Zona Norte Extrema de la Alta Guajira cargo que aun ocupa.
A 7 horas de
Uribía, la capital indígena de Colombia, en una zona de difícil acceso y con
poca oportunidad de estudió, se atribuyó
un liderazgo recocido por su generación y las que le siguen. Su formación
política desde el pensamiento wayuu le permitieron romper la directriz de velar
por su clan para velar por todos los clanes que conviven en la Zona Norte
Extrema de la Alta Guajira.
“Yo soy
autoridad tradicional independiente, yo no estoy asociado con ninguna organización, a mí me gusta que me respeten,
porque no le falto respeto a nadie, los que quieren provocarme y que con arma, solo le digo que lo Guarde”, con su voz potente afirma Marcos Jayaliyu.
Participa en
la junta mayor de palabreros. Y acompaña en la consolidación un enfoque
diferencial a la salud de Colombia a las
empresas presentadoras de salud (EPS) Dusakawi y Anas Wayuu, por sus extensos
saberes sobre los tratamientos médicos wayuu.
Su nombre se fue esparciendo como si la brisa lo
presentara por cada enramada de la Guajira. Marcos Jayariyu, es la Autoridad tradicional más reconocida de la
población wayuu. Su sombrero
arropa la inteligencia que conserva en
su cabeza, con las waireñas puestas y con la firmeza y seguridad que lo
caracteriza trabaja todos los días para acordar
la paz entre los wayuu. “Yo no sé leer ni escribir, pero ningún ministro me
gana hablando, entiendo todo, porque yo tengo ojos y oídos, y a mí me dicen Marcos tu si sabes hablar, y
yo siempre digo que el aliijuna no es superior que yo, somos iguales”.
En el 2016
participó en el encuentro de autoridades
tradicionales de la Organización Nacional
Indígena de Colombia (ONIC) en Silvania Cundinamarca, convocado por el ministerio del interior. Marcos Jayaliyu es un hombre sembrador de la armonía y la tranquilidad en el país. Su experiencia comunitaria le atribuye el respeto por el que tanto temió no inculcar
su madre.
Cada mañana
Marcos Jayaliyu , sale con su wararat
como señal de que lleva la
palabra, que ahora puede anunciar por su pequeño pero activo celular.
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Jujunula
Makuira, Machon yootulű
Ecos de la
Makuira, la abuela consejera
Por, Ana Rita Velázquez y Judith González /wayuu del clan Ipuana
Escuela de comunicaciones del pueblo wayuu
Hace 10 años
en Nazaret, se consolidó una experiencia radiofónica que les dio voz a los
pobladores de la Zona Norte Extrema de la Alta Guajira, a través de la lucha organizativa de las
autoridades Tradicionales de esta zona de la Alta Guajira Municipio de Uribía, conglomerados en la organización Wayuu
Araurayu con el apoyo de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC).
“Cuando
escucho la radio se me engrandece el alma porque escucho los relatos del ser
wayuu, que hoy en día la juventud no quiere valorar y están dejando perder
nuestras costumbres” recuerda el señor José
Sapuana, habitante del corregimiento de Nazaret, y es oyente de la
emisora Ecos de la Makuira ubicada en este corregimiento.
Jujunula
Makuira 90.2 FM (Ecos de la Makuira), es
la frecuencia de la estación radial que
recoge el sentir de las autoridades tradicionales,
de los docentes, los jóvenes, mujeres y
niños wayuu. Con talleres de producción, cobertura y programación reunieron un equipo de jóvenes wayuu conformado
por Darwin Castañeda, José Leonardo Uriana, Azael García, José Abelardo
González y Alexander González González al servicio de la comunicación de los
pobladores de Nazaret. Este personal
voluntario se ha formado en diferentes talleres en la Universidad de la Sabana, con el Ministerio de Cultura y el Ministerio de Tecnología de la
información y comunicación, conocieron
la experiencia de Tejido de Comunicación del Cauca, entre otros.
“La emisora
es como nuestra abuela que nos educan, nos aconseja “es la definición que María
de Transito Iguaran tiene de Ecos de la Makuira, la radio que ella dirige desde
hace 3 años, “Nuestros oyentes reportan perdidas de documentos, placas de
motos, vehículos o rebaños extraviados, así a los pocos minutos la tranquilidad
vuelve a esa familia al recibir una buen respuesta sobre sus animales y
objetos. Por la radio también se convocaban las comunidades a las asambleas
comunitarias y hasta suelen asistir cientos de personas. Es la emisora un ente
que motiva a los jóvenes a hablar en wayuunaiki. Aquí no devengamos sueldo,
aquí lo hacemos de corazón”, afirma emocionada.
Esta radio ha
permitido la unión y fortalecimiento del espíritu de lucha en la conformación y
socialización de la primera Entidad Indígena Territorial en el Departamento de
la Guajira, una apuesta de las autoridades tradicionales con la que exigen
ejercer mayor autonomía dentro de su territorio. De igual manera ha extendido espacios de identidad entre la
población más joven, ha permitido que las comunidades accedan a los programas de educación y salud por que les
informa y les forma sobre ellos.
La relevancia
de la trayectoria de esta emisora, que retumba como el kasha en 80 km a la
redonda, esparciendo su señal a los corregimientos de Siapana, Puerto López,
Castillete, Tawaira, Puerto Estrella y Punta Espada del Municipio de Uribía. Comunidades de difícil acceso y si señal telefónica,
conquistaron a esta trabajadora social que sin haber estudiado comunicación, es una
comunicadora que emprende una tenaz meta de mantener al aire esta emisora. Tachi, como
popularmente apodan a María Transito Iguaran, vive entre proyectos, equipos
radiofónicos y reuniones en las comunidades.
La
instalación de un sistema eléctrico solar con el apoyo OXFAM, que le permite a la radio
tener electricidad las 24 horas del día, llenaron de nuevos retos la mochila de
Tachi, ella sueña con que haya un
receptor de baterías en cada enramada wayuu, así sus esfuerzos llegarían a la tejedora, al pastor mientras cuida
de su rebaño, viajaría con los trasportistas, acompañaría al abuelo que siembra con la
primera lluvia, acompañaría cada escuela
y a cada maestra.
María del
Transito Iguaran es una soñadora de la comunicación,
es una líder wayuu del eiruku Uliana, originaria de Palisiwo’u con asentamiento en
el corregimiento de Waletpa’a muy cerca de Nazaret. “hemos gestionado algunos receptores para
sortear entre los oyentes, pero la idea es que cada familia tenga un equipo en
casa para que pueda informarse sobre lo que pasa en los diferentes
corregimientos que abarca la Zona Norte Extrema de la Alta Guajira, sepan que
pasa en Riohacha, es un derecho de ellos estar informados”.
Desde hace 7
meses, un problema técnico apagó la voz
de Ecos de la Makuira, ya no se escuchan las historias sagradas , ni el jayeechi
(género musical wayuu), las
noticias y las informaciones no llegan,
los documentos y rebaños extraviados no hay donde reportarlos . “Necesitamos adquirir un nuevo trasmisor,
hemos hecho varias gestiones y tenemos
la ilusión de que volveremos a trasmitir nuestra voz por esta radio”, afirma
esperanzada la comunicadora wayuu.
Jujunula Makuira,
ecos de la Makuira es una abuela con
muchos consejos, y con el espíritu vivo
de trasmitir sus saberes y contar lo que
pasa a diario, es una abuela por la que
Tachi y un puño de jóvenes luchan para que no se apague. Es una abuela que teje la experiencia de comunicación indígena desde
el territorio wayuu.
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Uwomu, sûlia anaa
Uwoumu, Una fibra de
vida
Por Ángel Bilches González, Wayuu Wouliyuu
Escuela de Comunicaciones del Pueblo
Wayuu
Es reconocido como uno de los artesanos innatos en el Departamento de La
Guajira.Francisco Suarez Uraliyu, es un artífice en la elaboración de Uwoma (sombreros),
es natural de Nazaret, Zona Norte Extrema de la Alta Guajira, vive en monterrey,
una pequeña comunidad que comparte con su familia. Bajo su enramada está sentado rodeado por rollos
de palmas. Mientras conversa, toma sorbo a sorbo una taza de café. Su edad fue inventada, en su cedula tiene 62
años con una altura medio, no tiene hijos.
Elabora sombreros como lo hace desde que es un niño, para resaltar esa habilidad que infundió en
el su tío. El primer contacto que tuvo con la materia
prima es un sembradío de palmas que funciona como ornamento de la casa de su padre, un anciano de 100 años que vive
en la serranía de la Makuira.
Mientras trenza las palmas para hacer el
sombrero de este día, relata que está dotado de conocimientos, de historias y
tiene una gran reseña en la elaboración de los sombreros, donde se oculta
grandes sucesos. Transmite ésta práctica para sus sobrinos ya que no pudo tener
hijos. Siempre les dice lo mismo que le dijo su padre “la riqueza del hombre
wayuu es trabajar. Robar, sale más caro”.
El Uwoma, sombrero es sinónimo del fresco
en la cabeza, capturando el frio del viento. El wayuu lo utiliza para el pastoreo, celebraciones, encuentros y
velorios. Tiene una gran relevancia para el sostenimiento de las tradiciones
culturales y el mantenimiento del sustento familiar que se ha heredado de
generación en generación.
Francisco Suarez Uraliyu, pasó la niñez con
la tutoría de su tío, porque su padre así lo dispuso, él acató su orden para
honrar el valor de la palabra de los alaulayu (mayores de edad). De su vida recuerda que siempre ha hecho sombreros.
Hace unos años el tueque fue de uwoma por chivos, arroz, panela y otras comidas,
era su realidad, vio llegar la moneda y la aprendió a usar. Viajaba en burro
por días para comercializarla. Es el
trabajo que sostiene económicamente la
familia.
Este artesano wayuu, creció junto con el
mercado de los sombreros. En Venezuela y Colombia. La actividad comercial de los sombreros es
una economía binacional, nace en Arrukuisat,
territorio de los indígenas yukpa, en la serranía de Perijá en el Estado Zulia-
Venezuela, donde crece en abundancia la materia prima y es permanentemente.
“Es una palma que se arranca desde la raíz,
no se corta. Las mujeres Yukpa tienen esa facilidad de sacarlo que me
sorprendía”.El intercambio cultural lo alimentó de experiencias que años tras
año le sembraron el arraigo a su tierra y a su trabajo, tejer uwoma. En su recorrido desde Nazaret lugar del origen
de los clanes, pasar por el mercado de Los Filuos y Maracaibo para llegar
finalmente a la Sierra de Perija y volver para bajar a Uribía y Maicao, conoció
a muchos wayuu , a otros wayuu citadinos,
algunos alijunas y a los yukpas, con quien intercambio sombreros y ovejos por palmas. Muchos
de sus familiares se quedaron en la serranía de Perijá.
A sus 62 años, espera que la palma llegue
a sus manos. La compra a los transportistas que llegan a Nazaret, Zona norte
Extrema de la Alta Guajira, para seguir
tejiendo su sustento económico. Él no tiene pasajes para ir a buscarla, el alto colesterol en su cuerpo agrede su
salud por lo que evita caminar.
Tiene la gran satisfacción de que sean
muchos los jóvenes que hoy tejen
sombreros wayuu. Sus 2 sobrinos son los herederos de su habilidad y sapiencia. Él
sólo espera seguir haciendo sombreros, cuidar sus ovejos, pero sobre todo
volver a su tierra natal, esa comunidad que cuida su padre para él, esa comunidad que está a los pies de
las montañas donde anhela regresar algún
día cuando haya fallecido
Por día hace un sombrero, que
comercializa en su propia casa o por pedidos.
Le parece innovador que las mujeres también tejan este atuendo que antes
era una actividad sólo para ser ejercida por el hombre. Con el
sombrero las mujeres wayuu realzan su belleza, en donde genera impacto y su
presencia se hace más llamativo.
El
arte de tejer el sombre es un trabajo económico. Realza un conocimiento
ancestral que ha pasado de generación en generación, son miles de manos las que
han tejido la historia del Uwoma Wayuu. Este
fenómeno de los negocios también ha explotado a los indígenas
ofreciéndoles una miseria por su trabajo, para ser revendida por terceros para
conseguir beneficios propios.
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Teiruku Uraliyu
Mi clan Uraliyu
Por, Emma Saurith, Wayuu Uraliyu
Escuela de Comunicaciones del
Pueblo Wayuu.
De mi abuela paterna heredé mi
nombre y de mis abuelos maternos heredé una confusión. Ese abuelo materno era Kakuamo y además era
Mamo, lo cual pesa mucho culturalmente para este pueblo. De mi abuela, hoy
ostento el Clan Uraliyu, siendo esta mi confusión: ¿Soy Kamkuama o soy Wayuu?
Mi nombre es Ema Saurith Uraliyu.
A mis nueve años, lo único que sabía sobre los Wayuu era que usaban mantas y
bailaban la chichamaya, como creía que se llamaba el baile tradicional. Siendo
esas pequeñas cosas las que aprendí en un colegio entnoeducativo del Municipio
de Barrancas donde estudié, cosas que debí aprender en mi hogar.
Hoy, a mis 20 años, llego a la
Macuira en Nazaret, Zona Norte Extrema de la Alta Guajira conocido como el
origen de todos los Eiruku, no traigo conocimiento sobre mi clan, no sé de
donde provengo, ni de donde nació mi apellido.
Y como cosas del destino en esta etapa de mi
vida, he llego aquí precisamente a la casa de la señora Irligia Leal Uraliyu. Me
hizo sentir que ser Wayuu es ser diferente y tener identidad cultural. Que Uraliyu es más que un
apellido, es tu esencia, es más que sangre que corre por las venas, es una
sensación que te atrae y te atrapa a un territorio, es saber quién eres, de
dónde vienes y para dónde vas. Todo esto lo aprendí con el pasar de tan solo
unas cuantas horas.
Al amanecer, agarre mi mochila
cargada de preguntas y ansias de aprender. En mí recorrido por el pueblo de Nazaret, conocí a la señora Irma Beatriz Iguarán
Uraliyu de 81 años, con ella descubrí que los Uraliyu son guardianes del
territorio. La historia afirma que hace
años , mi grupo clanil se apoderó de un territorio baldío que hoy se encuentra
repartido en 42 comunidades a lo largo y ancho de Zona Norte Extrema de la Alta
Guajira entre ellos; Pachipachi, Ruwayapo, kolokoloin, ishatu, tatkiwou,
jununtou, entre otros.
Mientras tomaba café me contó
que Karot y Polompolo, es el lugar donde reposan los cuerpos de nuestros
abuelos. Con voz clara y su fluido español me revela que mi clan lo representa
un animal, el cascabel. Aun con acceso a computador e internet nunca había
sentido tanta cercanía con el
conocimiento y el saber.
Durante la noche, mientras me
dejo mecer por la brisa que golpea mi chinchorro, comprendo la importancia que
tienen nuestros abuelos en el crecimiento cultural de la niñez wayuu. Quizás mi hija no tenga la misma
oportunidad de venir a conocer su identidad, tampoco una abuela que le enseñe,
por eso hoy desde este lugar, reafirmo
mi compromiso como mujer del clan
Uraliyu, enseñarle que ella es wayuu, porque es hija de una mujer wayuu.