martes, 5 de septiembre de 2017

4 Lecturas de Nazareth - Zona Norte Extrema de La Alta Guajira

Marcos Jayaliyu - Putchiput  wűinpejewoi
El Palabrero de la Zona Norte Extrema de la Alta Guajira


Por, Eduvilia Uliiana - wayuu del clan Uliiana
Escuela de comunicaciones del pueblo Wayuu

El wararat, el celular y  la palabra. Son  las herramientas de trabajo de Marcos  Jayariyu. Un putchiput wayuu de 58  años de edad, con amplia  experiencia en la resolución de conflictos. Representante de sus sobrinos y demás miembros de su  clan Jayaliyu. Es  consejero territorial  de la Zona Norte Extrema de la Alta Guajira.

Nació en marzo de 1959,  su niñez estuvo marcada por la preocupación de su madre “mi madre le decía a mi padre, pobre de nuestros hijos que no serán  respetados, porque nosotros no hemos sido  buenos ejemplos para ellos”. Cada madrugada la conversación se repetía, tanto que se quedó grabada en su mente y la expresa en su fuerte carácter. Su objetivo de vida es  construir para él y   para su clan el respeto wayuu.

Sus enérgicas palabras  anuncian el pensamiento de un wayuu “un wayuu es rico cuando es Kamaneshi (Amable), akaalijai (Solidario) y anoutui pűtchi (orientador de palabras) que  resuelve conflictos (anaatui kasachiki) “con ese sentir desde muy joven se perfiló como el líder la familia y comunidad.

Para finales de la década de los 90 afronta con dureza la fuerte situación de inseguridad que se propagó en La Guajira,  por la presencia de grupos paramilitares. Para el año 1998, en asamblea general de autoridades fue  nombrado consejero territorial de la Zona Norte Extrema de la Alta Guajira cargo que aun ocupa.

A 7 horas de Uribía, la capital indígena de Colombia, en una zona de difícil acceso y con poca oportunidad de estudió,  se atribuyó un liderazgo recocido por su generación y las que le siguen. Su formación política desde el pensamiento wayuu le permitieron romper la directriz de velar por su clan para velar por todos los clanes que conviven en la Zona Norte Extrema de la Alta Guajira. 
“Yo soy autoridad tradicional independiente, yo no estoy asociado con ninguna  organización, a mí me gusta que me respeten, porque no le falto respeto a nadie, los que quieren provocarme  y que con arma, solo le digo que lo Guarde”,  con su voz potente afirma Marcos Jayaliyu.

Participa en la junta mayor de palabreros. Y acompaña en la consolidación un enfoque diferencial a la salud de Colombia a las  empresas presentadoras de salud (EPS) Dusakawi y Anas Wayuu, por sus extensos saberes sobre los tratamientos médicos wayuu.

Su  nombre se fue esparciendo como si la brisa lo presentara por cada enramada de la Guajira. Marcos Jayariyu, es la  Autoridad tradicional más reconocida  de la  población wayuu.  Su sombrero arropa la inteligencia que conserva  en su cabeza, con las waireñas puestas y con la firmeza y seguridad que lo caracteriza  trabaja todos los días para acordar la paz entre los wayuu. “Yo no sé leer ni escribir, pero ningún ministro me gana hablando, entiendo todo, porque yo tengo ojos y oídos,  y a mí me dicen Marcos tu si sabes hablar, y yo siempre digo que el aliijuna no es superior que yo,  somos iguales”.
En el 2016 participó  en el encuentro de autoridades tradicionales  de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC) en Silvania Cundinamarca, convocado por  el ministerio del interior.  Marcos Jayaliyu  es un hombre sembrador de la armonía y  la tranquilidad en el país.  Su experiencia comunitaria le  atribuye el respeto por el que tanto temió no inculcar su madre.

Cada mañana Marcos Jayaliyu , sale con su wararat  como señal  de que lleva la palabra, que ahora puede anunciar por su pequeño pero activo celular.

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Jujunula Makuira,  Machon yootulű
Ecos de la Makuira,  la abuela consejera


Por, Ana Rita Velázquez y Judith González /wayuu del clan Ipuana
Escuela de comunicaciones del pueblo wayuu

Hace 10 años en Nazaret, se consolidó una experiencia radiofónica que les dio voz a los pobladores de la Zona Norte Extrema de la Alta Guajira, a  través de la lucha organizativa de las autoridades Tradicionales de esta zona de la Alta Guajira Municipio de Uribía, conglomerados en la organización Wayuu Araurayu con el apoyo de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC).

“Cuando escucho la radio se me engrandece el alma porque escucho los relatos del ser wayuu, que hoy en día la juventud no quiere valorar y están dejando perder nuestras costumbres”  recuerda el señor José Sapuana,  habitante del  corregimiento de Nazaret, y es oyente de la emisora Ecos de la Makuira ubicada en este corregimiento.

Jujunula Makuira 90.2 FM (Ecos de la Makuira),  es la frecuencia  de la estación radial que recoge  el sentir de las autoridades tradicionales, de los docentes, los jóvenes, mujeres  y niños wayuu. Con talleres de producción, cobertura y programación  reunieron un equipo de jóvenes wayuu conformado por Darwin Castañeda, José Leonardo Uriana, Azael García, José Abelardo González y Alexander González González al servicio de la comunicación de los pobladores de Nazaret.  Este personal voluntario se ha formado en diferentes talleres en la Universidad de la Sabana, con  el Ministerio de Cultura y   el Ministerio de Tecnología de la información y comunicación,  conocieron la experiencia de Tejido de Comunicación del Cauca, entre otros.


“La emisora es como nuestra abuela que nos educan, nos aconseja “es la definición que   María de Transito Iguaran tiene de Ecos de la Makuira, la radio que ella dirige desde hace 3 años, “Nuestros oyentes reportan perdidas de documentos, placas de motos, vehículos o rebaños extraviados, así a los pocos minutos la tranquilidad vuelve a esa familia al recibir una buen respuesta sobre sus animales y objetos. Por la radio también se convocaban las comunidades a las asambleas comunitarias y hasta suelen asistir cientos de personas. Es la emisora un ente que motiva a los jóvenes a hablar en wayuunaiki. Aquí no devengamos sueldo, aquí lo hacemos de corazón”, afirma emocionada.

Esta radio ha permitido la unión  y fortalecimiento  del espíritu de lucha en la conformación y socialización de la primera Entidad Indígena Territorial en el Departamento de la Guajira, una apuesta de las autoridades tradicionales con la que exigen ejercer mayor autonomía dentro de su territorio.  De igual manera  ha extendido espacios de identidad entre la población más joven,  ha permitido  que las comunidades accedan a  los programas de educación y salud por que les informa y les forma sobre ellos.

La relevancia de la trayectoria de esta emisora, que retumba como el kasha en 80 km a la redonda, esparciendo su señal a los corregimientos de Siapana, Puerto López, Castillete, Tawaira, Puerto Estrella y Punta Espada del Municipio de Uribía.  Comunidades de difícil acceso y si señal telefónica, conquistaron  a esta trabajadora social  que sin  haber estudiado comunicación, es una comunicadora que emprende una tenaz meta de mantener al aire esta emisora. Tachi, como popularmente apodan a María Transito Iguaran, vive entre proyectos, equipos radiofónicos y  reuniones  en las comunidades.

La instalación de un sistema eléctrico solar  con el apoyo OXFAM, que le permite a la radio tener electricidad las 24 horas del día, llenaron de nuevos retos la mochila de Tachi, ella sueña con que haya un receptor de baterías en cada enramada wayuu, así sus esfuerzos  llegarían a la tejedora, al pastor mientras cuida de su rebaño, viajaría con los trasportistas,  acompañaría al abuelo que siembra con la primera lluvia,  acompañaría cada escuela y a cada maestra.

María del Transito Iguaran es una soñadora  de la comunicación, es una  líder wayuu del eiruku Uliana, originaria de Palisiwo’u con asentamiento en el corregimiento de Waletpa’a muy cerca de Nazaret.  “hemos gestionado algunos receptores para sortear entre los oyentes, pero la idea es que cada familia tenga un equipo en casa para que pueda informarse sobre lo que pasa en los diferentes corregimientos que abarca la Zona Norte Extrema de la Alta Guajira, sepan que pasa en Riohacha, es un derecho de ellos estar informados”.

Desde hace 7 meses,  un problema técnico apagó la voz de Ecos de la Makuira, ya no se escuchan las historias sagradas ,  ni el jayeechi  (género musical wayuu),  las noticias  y las informaciones no llegan, los documentos y rebaños extraviados no hay donde reportarlos .  “Necesitamos adquirir un nuevo trasmisor, hemos hecho varias  gestiones y tenemos la ilusión de que volveremos a trasmitir nuestra voz por esta radio”, afirma esperanzada  la comunicadora wayuu.

Jujunula Makuira, ecos de la Makuira es una abuela  con muchos consejos,  y con el espíritu vivo de trasmitir sus saberes y  contar lo que pasa a diario, es una abuela  por la que Tachi y un puño de jóvenes  luchan  para que  no se apague. Es una abuela que teje  la experiencia de comunicación indígena desde el territorio wayuu.

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Uwomu, sûlia anaa
Uwoumu, Una fibra de vida


Por Ángel Bilches González,  Wayuu Wouliyuu
Escuela de Comunicaciones del Pueblo Wayuu

Es reconocido como uno de los  artesanos innatos en el Departamento de La Guajira.Francisco Suarez Uraliyu, es un artífice en la elaboración de Uwoma (sombreros), es natural de Nazaret, Zona Norte Extrema de la Alta Guajira, vive en monterrey, una pequeña comunidad que comparte con su familia.  Bajo su enramada está sentado rodeado por rollos de palmas. Mientras conversa,   toma sorbo a sorbo una taza de café.  Su edad fue inventada, en su cedula tiene 62 años con una altura medio, no tiene hijos.

Elabora sombreros  como lo hace desde que es un niño,  para resaltar esa habilidad que infundió en el  su tío.  El primer contacto que tuvo con la materia prima es un sembradío de palmas que funciona como ornamento de la casa  de su padre, un anciano de 100 años que vive en la serranía de la Makuira.

Mientras trenza las palmas para hacer el sombrero de este día, relata que está dotado de conocimientos, de historias y tiene una gran reseña en la elaboración de los sombreros, donde se oculta grandes sucesos. Transmite ésta práctica para sus sobrinos ya que no pudo tener hijos. Siempre les dice lo mismo que le dijo su padre “la riqueza del hombre wayuu es trabajar. Robar, sale más caro”.

El Uwoma, sombrero es sinónimo del fresco en la cabeza, capturando el frio del viento. El wayuu lo utiliza para el  pastoreo, celebraciones, encuentros y velorios. Tiene una gran relevancia para el sostenimiento de las tradiciones culturales y el mantenimiento del sustento familiar que se ha heredado de generación en generación.

Francisco Suarez Uraliyu, pasó la niñez con la tutoría de su tío, porque su padre así lo dispuso, él acató su orden para honrar el valor de la palabra de los alaulayu (mayores de edad).  De su vida recuerda que siempre ha hecho sombreros. Hace unos años el tueque fue de uwoma por chivos, arroz, panela y otras comidas, era su realidad, vio llegar la moneda y la aprendió a usar. Viajaba en burro por días para comercializarla.  Es el trabajo que sostiene económicamente  la familia.

Este artesano wayuu, creció junto con el mercado de los sombreros. En Venezuela y Colombia.   La actividad comercial de los sombreros es una economía binacional, nace  en Arrukuisat, territorio de los indígenas yukpa, en la serranía de Perijá en el Estado Zulia- Venezuela, donde crece en abundancia la materia prima y es permanentemente.

“Es una palma que se arranca desde la raíz, no se corta. Las mujeres Yukpa tienen esa facilidad de sacarlo que me sorprendía”.El intercambio cultural lo alimentó de experiencias que años tras año le sembraron el arraigo a su tierra y a su trabajo, tejer uwoma.  En su recorrido desde Nazaret lugar del origen de los clanes, pasar por el mercado de Los Filuos y Maracaibo para llegar finalmente a la Sierra de Perija y volver para bajar a Uribía y Maicao, conoció a muchos  wayuu , a otros wayuu citadinos, algunos alijunas y a los yukpas, con quien intercambio sombreros y  ovejos por palmas.   Muchos de sus familiares se quedaron en la serranía de Perijá.

A sus 62 años, espera que la palma llegue a sus manos. La compra a los transportistas que llegan a Nazaret, Zona norte Extrema de la Alta Guajira,  para seguir tejiendo su sustento económico. Él no tiene pasajes para ir a buscarla,  el alto colesterol en su cuerpo agrede su salud por lo que  evita caminar.

Tiene la gran satisfacción de que sean muchos los jóvenes que hoy  tejen sombreros wayuu. Sus 2 sobrinos son los herederos de su habilidad y sapiencia. Él sólo espera seguir haciendo sombreros, cuidar sus ovejos, pero sobre todo volver a su tierra natal, esa comunidad que cuida su padre  para él, esa comunidad que está a los pies de las  montañas donde anhela regresar algún día cuando haya fallecido

Por día hace un sombrero, que comercializa en su propia casa o por pedidos.  Le parece innovador que las mujeres también tejan este atuendo que antes era una actividad sólo para ser ejercida por el hombre.   Con el sombrero las mujeres wayuu realzan su belleza, en donde genera impacto y su presencia se hace más llamativo.

El arte de tejer el sombre es un trabajo económico. Realza un conocimiento ancestral que ha pasado de generación en generación, son miles de manos las que han tejido la historia del Uwoma Wayuu.  Este  fenómeno de los negocios  también ha explotado a los indígenas ofreciéndoles una miseria por su trabajo,  para ser revendida por terceros   para conseguir beneficios propios.

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Teiruku Uraliyu
Mi clan Uraliyu


Por, Emma Saurith,  Wayuu Uraliyu
Escuela de Comunicaciones del Pueblo Wayuu.

De mi abuela paterna heredé mi nombre y de mis abuelos maternos heredé una confusión.  Ese abuelo materno era Kakuamo y además era Mamo, lo cual pesa mucho culturalmente para este pueblo. De mi abuela, hoy ostento el Clan Uraliyu, siendo esta mi confusión: ¿Soy Kamkuama o soy Wayuu?

Mi nombre es Ema Saurith Uraliyu. A mis nueve años, lo único que sabía sobre los Wayuu era que usaban mantas y bailaban la chichamaya, como creía que se llamaba el baile tradicional. Siendo esas pequeñas cosas las que aprendí en un colegio entnoeducativo del Municipio de Barrancas donde estudié, cosas que debí aprender en mi hogar.

Hoy, a mis 20 años, llego a la Macuira en Nazaret, Zona Norte Extrema de la Alta Guajira conocido como el origen de todos los Eiruku, no traigo conocimiento sobre mi clan, no sé de donde provengo, ni de donde nació mi apellido.

Y como cosas del destino en esta etapa de mi vida, he llego aquí precisamente a la casa de la señora Irligia Leal Uraliyu. Me hizo sentir que ser Wayuu es ser diferente y tener  identidad cultural. Que Uraliyu es más que un apellido, es tu esencia, es más que sangre que corre por las venas, es una sensación que te atrae y te atrapa a un territorio, es saber quién eres, de dónde vienes y para dónde vas. Todo esto lo aprendí con el pasar de tan solo unas cuantas horas.

Al amanecer, agarre mi mochila cargada de preguntas y ansias de aprender. En mí recorrido por el pueblo  de Nazaret, conocí a la señora Irma Beatriz Iguarán Uraliyu de 81 años, con ella descubrí que los Uraliyu son guardianes del territorio. La historia afirma que  hace años , mi grupo clanil se apoderó de un territorio baldío que hoy se encuentra repartido en 42 comunidades a lo largo y ancho de Zona Norte Extrema de la Alta Guajira entre ellos; Pachipachi, Ruwayapo, kolokoloin, ishatu, tatkiwou, jununtou, entre otros.

Mientras tomaba café me contó que Karot y Polompolo, es el lugar donde reposan los cuerpos de nuestros abuelos. Con voz clara y su fluido español me revela que mi clan lo representa un animal, el cascabel. Aun con acceso a computador e internet nunca había sentido tanta cercanía con el  conocimiento y el saber.


Durante la noche, mientras me dejo mecer por la brisa que golpea mi chinchorro, comprendo la importancia que tienen nuestros  abuelos en el  crecimiento cultural de la  niñez wayuu. Quizás mi hija no tenga la misma oportunidad de venir a conocer su identidad, tampoco una abuela que le enseñe, por eso hoy desde este lugar,  reafirmo  mi compromiso como mujer del  clan Uraliyu, enseñarle que ella es wayuu, porque es hija de una mujer wayuu.

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