sábado, 30 de noviembre de 2024

La comunicación propia tairona se fortalece tras concluir la tercera muestra audiovisual de la Sierra Nevada

 

Texto: Leonel López

Red de Comunicaciones del Pueblo Wayuu “Putchimaajana”

Fue recorrido desde la ciudad de Maicao, Departamento de La Guajira, hasta el destino ubicado a unos 234 kilómetos, la salida de la delegación de la Red de Comunicación del Pueblo Wayuu “Putchimaajana” y la Escuela de Comunicaciones del Pueblo Wayuu “Jayariyú Farías Montiel” ocurrió antes del amanecer, escuelantes y miembros de la red cargaban junto con mochilas y maletas sus ganas de aprender y compartir con los taironas, amos y señores de la Sierra Nevada de Gonawindúa, Departamento del Cesar, en un santuario rodeado de serranías y un clima entre los 20 y 30 grados centígrados llamado Pueblo Bello, sostendrían un encuentro los pueblos indígenas arhuacos, koguis, wiwas, kankuamos, y el pueblo wayuu.

El escenario para ello fue el Encuentro de Saberes y 3ra. Muestra Audiovisual de la Sierra Nevada de Gonawindúa, que inició el día 28 de noviembre y concluye hoy sábado con una serie talleres en producción audiovisual impartido a los colectivos de comunicación que hacen vida en esta región. Bajo un cronograma que abarcó la muestra audiovisual de documentales y cortos, tanto de realizadores locales, desde la Muestra de Cine y Vídeo Wayuu (MUCIWA), además de la participación de otros pueblos indígenas del resto del país.

Durante el encuentro, la Escuela de Comunicaciones del Pueblo Wayuu compartió su experiencia con la implementación de una jornada tal cual se realiza con los escuelantes en el territorio wayuu bajo su carácter itinerante, se trató de un proceso formativo marcado por el intercambio de saberes y donde los pueblos originarios presentes pudieron expresar desde su pensar sobre lo que consideran es la comunicación propia. El ambiente de tensión al inicio y de rostros llenos de seriedad fue desapareciendo cuando cada joven escuelante pasó a hablar sobre la comunicación, la noticia y otros géneros periodísticos. Vale destacar que desde sus concepciones todos los pueblos de la Sierra Nevada coinciden en que la comunicación propia desde sus territorios tiene parte de su estrecha relación con la naturaleza su espiritualidad, y como tal se debe construir tomando muy en cuenta esos elementos.

Al final de esta jornada, previamente conformados en grupos para trabajar en los módulos de radio, audiovisuales y escritura, los 40 jóvenes participante pasaron a formar parte de del área que voluntariamente escogieron, ya se les observó es esa etapa de la dinámica más involucrados y animados en sus grupos  aportando ideas sobre cómo podrían desarrollar, lo cual finalmente alcanzaron cuando lograron varios productos audiovisuales, sonoros y escritos, y que finalmente cada uno presentó ante el resto de sus compañeros, esta vez no pudieron ocultar sus emociones viendo proyectar las piezas que habían logrado realizar en un interesante trabajo en equipo donde las barreras étnicas y lingüísticas fueron superadas por el poder de la comunicación. “Es difícil pero no imposible, podemos hacer comunicación propia desde nuestro territorio”, expresaron varios de ellos.

Aunado a las piezas proyectadas y procesos de formación, fue evidente que todos los pueblos presentes, una vez roto el hielo, comenzaron a integrarse y comunicarse entre ellos, preguntando sobre sus tradiciones y cosmovisión en tertulias que se formaban en pequeños grupos al momento de los recesos, el matrimonio, la espiritualidad, la dote wayuu, explicaciones sobre la poligamia en el pueblo wayuu, y la monogamia entre el pueblo arhuaco se dejaban escuchar en medio de preguntas, lo que podría considerarse parte de un proceso completo de intercambio de saberes.

La finalidad concluyó hoy con talleres impartidos a los jóvenes comunicadores en formación como la creación de la Escuela de Comunicación “Nabera Kurisiade” del Consejo Regional Indígena de Caldas (CRIDEC), abordado por Erika Giraldo, y un conversatorio sobre Formación en Comunicación Propia y Apropiada en el pueblo de los Pastos y Quillacingas, dictado por Hemersson Díaz Trejo.

La actividad cerró con una charla y proyección de la serie Territorio y Voces Indígenas, un seriado que va para cuarta temporada cuyos capítulo exploran temas como la territorialidad, la ritualidad y espiritualidad propia, el rol de la mujer en los espacios de decisión e incidencia política, el gobierno propio, los impactos del conflicto armado en los Pueblos Indígenas, así́ como el equilibrio entre la humanidad y la naturaleza.

Circulo de la palabra, tejiendo historias que se fortalecen atraves de la comunicacion

 

Texto: Francheska Gómez

Red de comunicación del Pueblo Wayuu “Putchimaajana”

 

Sierra Nevada de Gonawindua, 27 de noviembre de 2024  En el marco del Encuentro de Saberes y la Tercera Muestra Audiovisual de los Pueblos Indígenas Tairona, se llevó a cabo el segundo día de actividades, comenzando con un enriquecedor Círculo de la Palabra. Este espacio fue dirigido por la Escuela de Comunicación Wayuu, que compartió su experiencia y conocimientos en comunicación con representantes de diferentes pueblos indígenas de la Sierra Nevada de Gonawindua.

La jornada inició con una reflexión sobre la importancia de la comunicación en la preservación y difusión de las culturas indígenas. A continuación, se realizaron talleres prácticos organizados en tres grupos, cada uno enfocado en un módulo específico: escritura, radio y audiovisual. Estos talleres fueron facilitados por estudiantes de la Red de Comunicación Wayuu, bajo la dirección del profesor Leonel López.

Cada módulo ofreció a los participantes la oportunidad de explorar técnicas y herramientas que les permitan contar sus propias historias y visibilizar sus realidades. Los pueblos indígenas Arhuaco, Wiwa, Kogui y Kankuamo participaron activamente en este intercambio, compartiendo sus saberes y aprendiendo unos de otros.

El taller de escritura se centró en la creación de narrativas que reflejen las tradiciones y valores culturales, mientras que el módulo de radio permitió a los participantes experimentar con la producción de contenido sonoro que resuene con sus comunidades. Por otro lado, el taller audiovisual brindó herramientas para la creación y edición de materiales visuales que capturen las vivencias cotidianas y las luchas sociales.

Este intercambio no solo fortaleció las habilidades comunicativas entre los participantes, sino que también promovió un sentido de unidad y colaboración entre los diferentes pueblos indígenas.

Al final del taller,la jornada culminó con la proyección de algunos productos realizados por los estudiantes de la red de comunicación wayuu en  su formación como comunicadores, un espacio para compartir reflexiones y aprendizajes, dejando claro que la comunicación es una herramienta clave para el empoderamiento y la resistencia cultural,estas producciones destacaron el talento y la creatividad de los jóvenes indígenas.

El Encuentro de Saberes continúa siendo un espacio vital para promover la diversidad cultural y el aprendizaje colectivo entre los pueblos indígenas en la Sierra Nevada.

Voces de la tierra intercambio de saberes con los pueblos indígenas de Gonawindua

 

Texto: Dilexi Pushaina/Francheska Gómez

En el municipio de Pueblo Bello Cesar se dá inicio al encuentro de saberes y tercer Muestra Audiovisual de la Sierra Nevada de Gonawindúa, en donde se abarca temas en el ámbito audiovisual y narrativa cultural, para el fortalecimiento de los procesos de comunicación propia de los pueblos indígenas, Arhuaco, Kankuamo, Wiwa y Kogui.

Este encuentro de saberes está diseñado para fomentar el intercambio cultural y el aprendizaje colectivo de escuelas invitadas, a partir de sus experiencias dentro de sus procesos de formación, desde el pueblo Wayuu están presente delegados escuelantes de la Escuela de Comunicación “Jayariyu Farías Montiel” desde el módulo de Radio, Audiovisuales, prensa escrita y Fotografía.

El primer día Luzbeidy Monterrosa  dió a conocer el proceso de la escuela wayuu y  proyectó muestras realizadas por los escuelantes en los ciclos pasados.

El día 29 se contará con la presencia de la Escuela del Cauca y de los Pastos con los talleristas, y se hará una muestra del festival Duapará, así mostrarles a los jóvenes producciones por colectivos indígenas  como  “Armando Villafaña”.

El objetivo es empoderar a cada participante con herramientas que le permitan contar sus propias historias y visibilizar sus culturas, es un espacio para celebrar la diversidad cultural del país y el fortalecimiento del tejido social en la región, promoviendo un espacio donde las voces indígenas puedan ser escuchada

Inicio taller de audiovisual en Manaure


Texto: Dilmaris Fernández 

En Manaure la Guajira, específicamente en la Institución Técnica Eusébio Séptimo se realizó este viernes el Taller de Mediación Audiovisual y Desarrollo, dónde estuvieron presentes niños, niñas y adolescentes provenientes de las diferentes comunidades de Manaure.

Uno de los temas principales fueron los cargos en los procesos de realizaciones audiovisuales, dónde destacó la gran diversidad del Cine colombiano. "Todo esto transmite una intencionalidad narrativa que están correlacionados a las decisiones creativas", estas fueron las palabras de Jaison Vital quien es uno de los talleristas informadores del procesó de la temporada 2024, a través de Proimagenes y el Ministerio de Culturas.

Después de los contenidos teóricos se realizó la práctica con una pequeña actuación liderada por los colectivos presentes y los estudiantes de Eusébio Séptimo, se culminó con la muestra de una película animada  inspirada en el mito del origen del agua del pueblo Embera.

Destaca la participación de  la Red de Comunicaciones del Pueblo Wayuu Putchimaajana,  la Escuela de Comunicaciones del Pueblo Wayuu "Jayariyü Farías Montiel", el colectivo Mujeres del Desierto y la Asociación Resistencia Afrocolombiana en la escuela de comunicaciones Afro Orígenes.

viernes, 29 de noviembre de 2024

Inicia la tercera muestra audiovisual del pueblo indígena Tayrona de la Sierra Nevada

Texto: Leonel López
Red de Comunicación del Pueblo Wayuu “Putchimaajana”

Hoy jueves 28 de noviembre inició en Pueblo Bello, Sierra Nevada, departamento del Cesar, el Encuentro de Saberes en Comunicación y 3ra. Muestra Audiovisual de la Sierra Nevada de Gonawindúa, evento organizado por los pueblos indígenas Arhuaco y Kankumamos, donde estarán participando colectivos de comunicación y escuelas de diferentes regiones de Colombia, además de una delegación de la Red de Comunicaciones del Pueblo Wayuu “Putchimaajana” y jóvenes de la Escuela de Comunicación del Pueblo Wayuu “Jayariyú Farías Montiel”.
La actividad se estará desarrollando a partir de hoy y hasta el día domingo 1 de diciembre, Aura Izquierdo, comisionada de la Confederación Indígena Tayrona ante la Comisión Nacional de Comunicaciones de los Pueblos Indígenas (Concip), explicó que es un encuentro abanderado por los 4 pueblos indígenas de Santa Marta y apoyado por sus respectivas organizaciones, los arhuacos, koguis , wiwas y kankuamos que “busca fortalecer los procesos de comunicación propia de estos pueblos a partir de conocer las experiencias de otros colectivos y escuelas del país, que yan logrado cosas, que tienen una ruta y han podido contar sus propias historias”.

Informó Izquierdo que para este evento, además de la invitación a la escuela de comunicación del pueblo wayuu, estarán asistiendo escuelas de comunicación desde Caldas, la escuela de los pastos y kiyasinga que lleva la organización “Ecos por la Pachamama” y escuelas desde el Cauca, “esta tarde la vamos a dedicar a conocer la experiencia de la escuela de comunicaciones wayuu, un taller que será dictado por la realizadora audiovisual Luzbeidy Monterrosa, quien estará hablando de la muestra de cine y vídeo wayuu realizado en Venezuela, la idea es que los jóvenes que están presentes de los 4 centros del pueblo arhuaco conozcan de esta experiencia”.

miércoles, 13 de noviembre de 2024

Kanasü, un legado ancestral que se fortalece en Waimpiralen.

 Kanasü, un legado ancestral que se fortalece en Waimpiralen.

 Texto: Francheska Gómez.

    

Yeni Palmar, mujer wayuu del Eirruku Ipuana, refleja una historia de transformación profunda y conmovedora, su relación con el arte del tejido de mochilas wayuu es un viaje que comienzan en su adolescencia cuando el desinterés le hacían ver esta práctica como una labor simple de la cotidianidad wayuu y que ella no quería realizar.

Su herencia se dibuja en las destrezas de sus manos y en las historias que sus ancestros han tejido a lo largo de generaciones. Es hija de Francia Palmar, nieta de María Úrsula y Olimpia Ipuana mujeres artífices de Jálala una familia que han construido un prestigio dentro de su territorio con sus famosos tejidos. También es hija de Juan Bautista Gómez hermanos de unos reconocidos putchipü, los renombrados Antonio Chay Gómez y Aginal Tiller, hombres curtidos en la palabra y en la resolución de conflictos a través de la ley wayuu.

En el corazón del corregimiento de Jonjoncito más conocido como Jálala municipio de Uribía, un lugar donde el viento acaricia la tierra árida y el sol pinta de dorado cada rincón, se encuentra la comunidad de Waimpiralen, donde los colores del ambiente se entrelazan con el tejido ancestral, allí  vive Yeni, quien inicialmente mostraba apatía por las labores encomendadas por sus mayores, su abuela desconocía que aquella adolescente realmente poseía y había aprendido las destrezas en cuanto al arte del tejido, recuerda con una mezcla de nostalgia y risas aquellos días en el que el tejido le parecía una carga mas no un regalo, “Cuando era niña no quería saber nada de hacer mochila, pero si era algo que sabía desde pequeña“, comenta mientras esta en un círculo de palabra donde el sol se filtra y resalta los colores del tejido que veía a su alrededor.

Sin embargo, el destino tiene maneras curiosas de guiarnos a lo que realmente somos, con el paso del tiempo ella comenzó a ver el tejido no solo como una tarea, si no como una expresión artística, los colores y trazados geométricos escritos en las mochilas que antes le eran ajenos, comenzaron a hablarle, cada hilo se convirtió en un medio para contar su propia historia y la de sus antepasados.

Hoy, con cada mochila que crea, no solo revive las enseñanzas de sus ancestros, también entrelazan su propia narrativa, sus manos antes reacias al trabajo del tejido, ahora danzan con gracias sobre ella, creando patrones que son reflejos de su vida y sus sueños, cada diseño es un eco de la leyenda wayuu que escuchó de niña, un homenaje a la riqueza cultural que lleva siempre, en cada arte se siente la conexión de sus ancestros con relatos que fluyen como ríos en su memoria.

Su pasión ha florecido como un cactus en medio del desierto, fuerte y vibrante, sus mochilas creadas son ahora reconocidas no solo por su belleza estética sino también por la historia que ha vivido a lo largo de su trayectoria, afirma en medio de una conversación.

“Cada mujer tiene sus aprendizajes en cada arte y existe varios tipos de kattoui (mochilas wayuu),como por ejemplo piula que consiste en una malla utilizada para cargar o guardar alimentos tejida con los dedos, también está el asonuushi, es una de las mochilas tejidas por hombres; se puede mencionar además la kapaterra, una mochila que no tiene base solo tiene un cuerpo alargado tejido como un cilindro con dos bocas, cuyos bordes rematan en una serie de ojales grandes por donde pasan los cordones del cierre”.

Actualmente Yeni es reconocida en Waimpiralen no solo por sus espectaculares mochilas, sino también por su dedicación a enseñar a las nuevas generaciones este arte ancestral, ha creado talleres en la comunidad en compañía de su hermana menor  Olimpia Palmar, donde comparten conocimientos con mujeres y jóvenes dentro del territorio, fomentando un sentido de pertenencia y orgullo cultural para descubrir la belleza y el significado de esta tradición heredada; ha participado en ferias artesanales y exposiciones donde muestra no solo sus creaciones, sino también el proceso detrás del tejido, en cada evento comparten anécdotas sobre su vida y las enseñanzas que ha recibido de sus antepasados, con cada mochila elaborada siente que está tejiendo un puente entre su cultura ancestral y el mundo actual.

A medida que avanza en su camino artesanal, sigue siendo una embajadora del tejido wayuu, su compromiso con su cultura y deseo de compartirla son un referente de preservación cultural para muchos, con cada hilo que entrelaza, no solo crea hermosura, también teje una historia y significado el cual nos enseña que el verdadero arte no solo reside en lo que hacemos, si no en cómo lo hacemos resonar desde lo más profundo de nuestra alma y nuestras raíces para las futuras generaciones.

En el oscurecer dorado de Waimpiralen donde los ecos del pasado entrelazan con las esperanzas del futuro, Yeni Palmar emerge con una figura emblemática del renacer cultural, su viaje, marcado por la resistencia y la redención es un testimonio del poder transformador del arte, su telar se convierte en un portal hacia un mundo donde la identidad florece, donde cada diseño cuenta una historia y cada color refleja un sentimiento profundo.

AGREGADOS 

Según información de EFE citado por Infobae, las redes que se dedican a vender mochilas las compran alas wayuu por 25.000 o 30.000 pesos (entre 6,5 y 7,5 dólares), cuando los hilos “ya por si solos casi cuestan eso, pero a ellos no le importan “. Luego las venden por 80.000 pesos (unos 20 dólares) y dependiendo de la ciudad, hasta por 300.000 pesos (unos 75 dólares).


Un joven wayuu que expresa su cultura a través de la Danza.

Un joven wayuu que expresa su cultura a través de la Danza.

Se siente una brisa suave, los rayos del sol apenas empezaban a salir, sentados bajo una enramada de palma, en la ranchería de Media Luna Jawou zona rural de la capital indígena de Colombia, Uribia. 

Con el aroma del café surge una conmovedora conversación desde la profunda memoria del joven Jackson Montiel, cuenta como eran sus vivencias con sus seres queridos, con una voz un poco ronca, de pronto por el hecho de mencionar a su madre quien falleció hace dos años, y revivir esos momentos junto a sus hermanos y amigos de infancia que no volverán.  

Los recuerdos de Jackson lo llevaron a la Guajira venezolana corregimiento de Castillete, en donde vivió su infancia y una parte de su juventud, respiró lentamente mientas mencionaba que a su corta edad se apasionaba por la danza tradicional llamada yonna, su mirada era un reflejo de su alma orgullosa, su pasado resurgió nuevamente, describía con exactitud sus emociones  cuando en ese entonces veía a las personas practicar la yonna, sus palabras como puente que unía el pasado con el presente, acomodándose en su silla y frotando un poco las manos y dijo que soñaba con algún día demostrar esa expresión artística, el sonido de la kasha lo transportaba a ese mundo wayuu, al mismo tiempo nacía en él un sentimiento que lo conectaba al territorio.

En medio de esta conversa, alguien que estaba a su lado escuchando sobre su vida, le surgió una curiosidad por saber sobre la vida de su madre, el joven radiante de orgullo comenta que la mujer que le dió la vida se llamaba Elsa Fernández,  artista wayuu, una mujer de mucho prestigio por sus laboriosos trabajos del arte del tejido, chinchorro patuuwasu o sencillos, y mochilas enhebradas de atractivos colores, su memoria, sus emociones quedaban plasmadas en cada hilada que desprendían de sus manos.

Ya el amanecer había desaparecido, la luz del sol ya era más fuerte, el ambiente un poco mas cálido, alguien dijo “vengan a desayunar” tuvimos que hacer una pausa para poder ingerir los alimentos, luego unos invitados llegaron, desde esos momentos después de los saludos comenzó un conversatorio, hasta que llegó la oportunidad de poder continuar, nos retiramos a un espacio solitario.

Jackson nuevamente empezó a relatar su vivencia junto con sus padres y hermanos, disfrutando el sonidos de unos pájaros que danzaban cerca, con alegría y una sonrisa  comentó desde los nueve años de edad se integraba a los eventos culturales que se realizaba en la comunidad Laguna del Pájaro (uleri) en conmemoración del día de la resistencia indígena, sin imaginar que hoy en día tendría un grupo cultural que llevaría como nombre “Se’eru’u Kashi”, donde promueve y fortalece las manifestaciones culturales.

Ya convertido en un joven después de culminar sus estudios de bachillerato, ingresó a la Universidad del Zulia para cursar estudios de medicina, siguió su recorrido, asistiendo a espacios de diálogos como círculos de la palabra, explorando más escenarios del pueblo wayuu.

Jackson expresaba con palabras que le salían desde el alma como se sentía al pisar un pioüi, “yo al momento de danzar miro firmemente a mi aldedor, con mis manos tomo un poco de la tierra, como agradecimiento hacia la naturaleza y entregar mi alma al recorrido que han hecho mis ancestros, y al gritar “wasee!” se siente una energía que me impulsa en danzar”

Con los colores del atardecer, los últimos rayos de sol entre los trupillos, y los cactus que decoran y daban vida a la comunidad de Media Luna Jawou, nuestro protagonista hizo gala de sus destrezas a través de los niños y niñas de su grupo cultural, a los que instruye como dancistas con una pequeña demostración de lo que han aprendido de las formaciones que reciben.

El pioüi, un espacio abierto, preparado para ser recorrido, bajo el cielo un poco nublado, un jimai con su she’inpala cargaba con fuerza la kasha y hace el primer toque: “param-param”, al instante sale otro joven y con voz de autoridad dice ¡wasee!” en señal de invitación a la majayut la cual abre los brazos con firmeza y su kialaja rojo que llegaba hasta el suelo , sus pies adornados con kakuna ishou se entrecruzaban con destreza y al mismo tiempo dando pequeños brincos, con elegancia daba giros al momento de comenzar su recorrido por el pioüi, ese color rojo reflejando fortaleza mental y espiritual.

La danza fluía al compa de la kasha niñas y los niños bailaban alrededor del pioüi, un poco cansados, la respiración agitada de las danzantes, con sus movimientos en forma espiral, hilaban energías, compaginaban pensamientos, sus brazos imitaban movimientos que desde otro pensar puede resultar insignificante confirma que como wayuu unen historias.