miércoles, 13 de noviembre de 2024

Kanasü, un legado ancestral que se fortalece en Waimpiralen.

 Kanasü, un legado ancestral que se fortalece en Waimpiralen.

 Texto: Francheska Gómez.

    

Yeni Palmar, mujer wayuu del Eirruku Ipuana, refleja una historia de transformación profunda y conmovedora, su relación con el arte del tejido de mochilas wayuu es un viaje que comienzan en su adolescencia cuando el desinterés le hacían ver esta práctica como una labor simple de la cotidianidad wayuu y que ella no quería realizar.

Su herencia se dibuja en las destrezas de sus manos y en las historias que sus ancestros han tejido a lo largo de generaciones. Es hija de Francia Palmar, nieta de María Úrsula y Olimpia Ipuana mujeres artífices de Jálala una familia que han construido un prestigio dentro de su territorio con sus famosos tejidos. También es hija de Juan Bautista Gómez hermanos de unos reconocidos putchipü, los renombrados Antonio Chay Gómez y Aginal Tiller, hombres curtidos en la palabra y en la resolución de conflictos a través de la ley wayuu.

En el corazón del corregimiento de Jonjoncito más conocido como Jálala municipio de Uribía, un lugar donde el viento acaricia la tierra árida y el sol pinta de dorado cada rincón, se encuentra la comunidad de Waimpiralen, donde los colores del ambiente se entrelazan con el tejido ancestral, allí  vive Yeni, quien inicialmente mostraba apatía por las labores encomendadas por sus mayores, su abuela desconocía que aquella adolescente realmente poseía y había aprendido las destrezas en cuanto al arte del tejido, recuerda con una mezcla de nostalgia y risas aquellos días en el que el tejido le parecía una carga mas no un regalo, “Cuando era niña no quería saber nada de hacer mochila, pero si era algo que sabía desde pequeña“, comenta mientras esta en un círculo de palabra donde el sol se filtra y resalta los colores del tejido que veía a su alrededor.

Sin embargo, el destino tiene maneras curiosas de guiarnos a lo que realmente somos, con el paso del tiempo ella comenzó a ver el tejido no solo como una tarea, si no como una expresión artística, los colores y trazados geométricos escritos en las mochilas que antes le eran ajenos, comenzaron a hablarle, cada hilo se convirtió en un medio para contar su propia historia y la de sus antepasados.

Hoy, con cada mochila que crea, no solo revive las enseñanzas de sus ancestros, también entrelazan su propia narrativa, sus manos antes reacias al trabajo del tejido, ahora danzan con gracias sobre ella, creando patrones que son reflejos de su vida y sus sueños, cada diseño es un eco de la leyenda wayuu que escuchó de niña, un homenaje a la riqueza cultural que lleva siempre, en cada arte se siente la conexión de sus ancestros con relatos que fluyen como ríos en su memoria.

Su pasión ha florecido como un cactus en medio del desierto, fuerte y vibrante, sus mochilas creadas son ahora reconocidas no solo por su belleza estética sino también por la historia que ha vivido a lo largo de su trayectoria, afirma en medio de una conversación.

“Cada mujer tiene sus aprendizajes en cada arte y existe varios tipos de kattoui (mochilas wayuu),como por ejemplo piula que consiste en una malla utilizada para cargar o guardar alimentos tejida con los dedos, también está el asonuushi, es una de las mochilas tejidas por hombres; se puede mencionar además la kapaterra, una mochila que no tiene base solo tiene un cuerpo alargado tejido como un cilindro con dos bocas, cuyos bordes rematan en una serie de ojales grandes por donde pasan los cordones del cierre”.

Actualmente Yeni es reconocida en Waimpiralen no solo por sus espectaculares mochilas, sino también por su dedicación a enseñar a las nuevas generaciones este arte ancestral, ha creado talleres en la comunidad en compañía de su hermana menor  Olimpia Palmar, donde comparten conocimientos con mujeres y jóvenes dentro del territorio, fomentando un sentido de pertenencia y orgullo cultural para descubrir la belleza y el significado de esta tradición heredada; ha participado en ferias artesanales y exposiciones donde muestra no solo sus creaciones, sino también el proceso detrás del tejido, en cada evento comparten anécdotas sobre su vida y las enseñanzas que ha recibido de sus antepasados, con cada mochila elaborada siente que está tejiendo un puente entre su cultura ancestral y el mundo actual.

A medida que avanza en su camino artesanal, sigue siendo una embajadora del tejido wayuu, su compromiso con su cultura y deseo de compartirla son un referente de preservación cultural para muchos, con cada hilo que entrelaza, no solo crea hermosura, también teje una historia y significado el cual nos enseña que el verdadero arte no solo reside en lo que hacemos, si no en cómo lo hacemos resonar desde lo más profundo de nuestra alma y nuestras raíces para las futuras generaciones.

En el oscurecer dorado de Waimpiralen donde los ecos del pasado entrelazan con las esperanzas del futuro, Yeni Palmar emerge con una figura emblemática del renacer cultural, su viaje, marcado por la resistencia y la redención es un testimonio del poder transformador del arte, su telar se convierte en un portal hacia un mundo donde la identidad florece, donde cada diseño cuenta una historia y cada color refleja un sentimiento profundo.

AGREGADOS 

Según información de EFE citado por Infobae, las redes que se dedican a vender mochilas las compran alas wayuu por 25.000 o 30.000 pesos (entre 6,5 y 7,5 dólares), cuando los hilos “ya por si solos casi cuestan eso, pero a ellos no le importan “. Luego las venden por 80.000 pesos (unos 20 dólares) y dependiendo de la ciudad, hasta por 300.000 pesos (unos 75 dólares).


Un joven wayuu que expresa su cultura a través de la Danza.

Un joven wayuu que expresa su cultura a través de la Danza.

Se siente una brisa suave, los rayos del sol apenas empezaban a salir, sentados bajo una enramada de palma, en la ranchería de Media Luna Jawou zona rural de la capital indígena de Colombia, Uribia. 

Con el aroma del café surge una conmovedora conversación desde la profunda memoria del joven Jackson Montiel, cuenta como eran sus vivencias con sus seres queridos, con una voz un poco ronca, de pronto por el hecho de mencionar a su madre quien falleció hace dos años, y revivir esos momentos junto a sus hermanos y amigos de infancia que no volverán.  

Los recuerdos de Jackson lo llevaron a la Guajira venezolana corregimiento de Castillete, en donde vivió su infancia y una parte de su juventud, respiró lentamente mientas mencionaba que a su corta edad se apasionaba por la danza tradicional llamada yonna, su mirada era un reflejo de su alma orgullosa, su pasado resurgió nuevamente, describía con exactitud sus emociones  cuando en ese entonces veía a las personas practicar la yonna, sus palabras como puente que unía el pasado con el presente, acomodándose en su silla y frotando un poco las manos y dijo que soñaba con algún día demostrar esa expresión artística, el sonido de la kasha lo transportaba a ese mundo wayuu, al mismo tiempo nacía en él un sentimiento que lo conectaba al territorio.

En medio de esta conversa, alguien que estaba a su lado escuchando sobre su vida, le surgió una curiosidad por saber sobre la vida de su madre, el joven radiante de orgullo comenta que la mujer que le dió la vida se llamaba Elsa Fernández,  artista wayuu, una mujer de mucho prestigio por sus laboriosos trabajos del arte del tejido, chinchorro patuuwasu o sencillos, y mochilas enhebradas de atractivos colores, su memoria, sus emociones quedaban plasmadas en cada hilada que desprendían de sus manos.

Ya el amanecer había desaparecido, la luz del sol ya era más fuerte, el ambiente un poco mas cálido, alguien dijo “vengan a desayunar” tuvimos que hacer una pausa para poder ingerir los alimentos, luego unos invitados llegaron, desde esos momentos después de los saludos comenzó un conversatorio, hasta que llegó la oportunidad de poder continuar, nos retiramos a un espacio solitario.

Jackson nuevamente empezó a relatar su vivencia junto con sus padres y hermanos, disfrutando el sonidos de unos pájaros que danzaban cerca, con alegría y una sonrisa  comentó desde los nueve años de edad se integraba a los eventos culturales que se realizaba en la comunidad Laguna del Pájaro (uleri) en conmemoración del día de la resistencia indígena, sin imaginar que hoy en día tendría un grupo cultural que llevaría como nombre “Se’eru’u Kashi”, donde promueve y fortalece las manifestaciones culturales.

Ya convertido en un joven después de culminar sus estudios de bachillerato, ingresó a la Universidad del Zulia para cursar estudios de medicina, siguió su recorrido, asistiendo a espacios de diálogos como círculos de la palabra, explorando más escenarios del pueblo wayuu.

Jackson expresaba con palabras que le salían desde el alma como se sentía al pisar un pioüi, “yo al momento de danzar miro firmemente a mi aldedor, con mis manos tomo un poco de la tierra, como agradecimiento hacia la naturaleza y entregar mi alma al recorrido que han hecho mis ancestros, y al gritar “wasee!” se siente una energía que me impulsa en danzar”

Con los colores del atardecer, los últimos rayos de sol entre los trupillos, y los cactus que decoran y daban vida a la comunidad de Media Luna Jawou, nuestro protagonista hizo gala de sus destrezas a través de los niños y niñas de su grupo cultural, a los que instruye como dancistas con una pequeña demostración de lo que han aprendido de las formaciones que reciben.

El pioüi, un espacio abierto, preparado para ser recorrido, bajo el cielo un poco nublado, un jimai con su she’inpala cargaba con fuerza la kasha y hace el primer toque: “param-param”, al instante sale otro joven y con voz de autoridad dice ¡wasee!” en señal de invitación a la majayut la cual abre los brazos con firmeza y su kialaja rojo que llegaba hasta el suelo , sus pies adornados con kakuna ishou se entrecruzaban con destreza y al mismo tiempo dando pequeños brincos, con elegancia daba giros al momento de comenzar su recorrido por el pioüi, ese color rojo reflejando fortaleza mental y espiritual.

La danza fluía al compa de la kasha niñas y los niños bailaban alrededor del pioüi, un poco cansados, la respiración agitada de las danzantes, con sus movimientos en forma espiral, hilaban energías, compaginaban pensamientos, sus brazos imitaban movimientos que desde otro pensar puede resultar insignificante confirma que como wayuu unen historias. 


miércoles, 9 de octubre de 2024

Principios y valores que perduran en el tiempo

 

Principios y valores que perduran en el tiempo

Redacción: María Tiller

La sociedad wayuu presenta una estructura compleja, organizada en torno a los  e´irukuu (clanes), que regula la toma de decisiones y el respeto a normas implícitas en esta organización. Dentro de la familia nuclear los hijos son guiados por el hermano de la madre el a’laülaa “tío materno”, esta figura desempeña un papel muy fundamental en la cultura wayuu, como representante de la familia y autoridad dentro del territorio, e inculcando principios y valores esenciales para la comunidad.


Los A´laulaa “ancianos ancestrales”, son vitales en este proceso de transmisión de conocimientos, la historia, la cultura y las enseñanzas de generación en generación. Esto es crucial para la preservación de la identidad cultural del pueblo wayuu.

Dentro de nuestra cultura prevalece la armonía y la moral gracias a la orientación de nuestros mayores ya que son ellos quienes rigen y velan por el bien de cada territorio.

En una intervención de Ziruma Morales, en la comunidad de Maajalii durante la cuarta sesión de la Escuela Jayariyú Farías Montiel, la socióloga destacó que los tíos y los ancestros juegan un rol fundamental dentro de la estructura social y familiar. Esto resalta la importancia de estas figuras en el bienestar, la educación y la cultura de los miembros de la familia y de la comunidad en general.


Sin embargo, he visto que, en muchas ocasiones, el valor de la palabra de los mayores es ignorado por algunos miembros de la familia. Esto es preocupante, ya que su sabiduría y experiencia deben ser respetadas y valoradas, especialmente en el contexto de las intervenciones familiares. Son ellos quienes transmiten conocimientos, habilidades y valores fundamentales que sostienen la cohesión y la identidad cultural de la comunidad.


La nueva generación a menudo ha relegado estos principios, usos y costumbres a un segundo plano, influenciada por la educación occidental que han permeado en el territorio wayuu. A pesar de esto, aún hay personas que mantienen viva la esencia cultural y moral, especialmente aquellas que residen en la zona norte extrema de la Alta Guajira (wuinpumuin). Esta zona se distingue por la continuidad de sus tradiciones y prácticas culturales, mientras que en la media y baja Guajira, se ha observado una mayor adaptación a las influencias occidentales.


Esta dualidad entre la preservación de la cultura y la influencia de la modernidad resalta la importancia de encontrar un equilibrio. Es esencial que las nuevas generaciones reconozcan el valor de su herencia cultural y busquen formas de integrar estos conocimientos en un contexto moderno, para que la riqueza del legado wayuu perdure y se adapte sin perder su esencia.

 

En mi familia siempre hemos contado con el respaldo de mi tío materno, siempre está al frente de cada situación que se presenta en nuestro territorio, la comunidad le tiene un gran respeto porque siempre se ha demostrado con un carácter fuerte al ponerse frente a cada situación que se presente en nuestro territorio o cada intervención familiar.


La nueva generación desconoce la sabiduría de los ancestros, esa costumbre de consultar sobre algo, ese conocimiento basado en experiencias ha quedado a un lado, porque los jóvenes de hoy en día no tienen esa conexión espiritual ya que se dejan influenciar de la cultura occidental dejando como consecuencia la pérdida de valores y de los reconocimientos al cual ellos representan, así como también hay jóvenes en busca de espacios para fortalecer su identidad propia.


En mi proceso de escuelante me ha permitido ver y arraigarse más a mis principios del ser wayuu, conectado conocimiento que voy atesorando para fortalecer desde mi aprendizaje a mi vida cotidiana.


¿ Feminismo o Machismo ?, igualdad y equidad

 

¿ Feminismo o Machismo ?, igualdad y equidad 

La organización social del pueblo wayuu se lleva a cabo a partir de su línea matrilineal, eso quiere decir, que se rige por el eje femenino, esto se debe a que la mujer wayuu es la encargada de generar vida y está asociada al territorio Mma (tierra) ya que de ahí viene el wayuu y por lo tanto es valiosa.

En la familia está el hombre que cumple un papel importante y es  respetado como el laula (sabedor ancestral) quién conoce el territorio, alaula el (tio materno) representante familiar, el putchipu (palabrero) mediador reconocido como autoridad moral por el sistema normativo, él toma decisiones con el apoyo de su sabedora, ya que ella mantiene la esencia cultural además de su sabiduría.

Dentro de esta organización social, hay roles que se cumplen que son de igualdad y equidad, muchas veces son mal interpretados por el mismo wayuu como el tema del feminismo y machismo adoptado de la cultura occidental ya que en el wayuunaiki no existe traducciones para dichas palabras, no son reconocidos por  nuestros sabedores.

En medio de una conversa Leiqui Uriana nos dijo, “No son roles machistas, son roles definidos” lo que me hace entender que en partes de nuestros mismos territorios se viene inculcando en el hogar, estas formas de feminismo,  que el hombre es “machista” porque simplemente no hace los oficios de una mujer y ella mantiene su postura al decir que defiende sus derechos como mujer “feminista” porque lidera y en ocasiones es mejor que el mismo toloo (hombre)   

Existen espacios en la sociedad wayuu donde la mujer cumple el rol del hombre, toma decisiones y el control en la familia , dejando a un lado el respeto que debe tener por su alaulayu, tema que por ley de organización le compete al hombre y que esto siembra discordias en las familias. 

Así mismo se puede observar hoy en día  que el hombre realiza el trabajo de una mujer como lo es el tejido respetando el hecho que es ella la que tiene la sabiduría, así como también realiza  oficios del hogar ocasionando descontento para los sabedores, “alijunajeainchi chii, pulaa tiaa, shi suyatain jietka” , así le dicen a mi padre un hombre que nunca le han importado poder ayudar a mi mama en los labores del hogar, pero él ha sido juzgado y señalado, por la sociedad wayuu que predispone un titulo de machista o feminista, cuando se deberia llamar igualdad y equidad.

Existen muchas otras más prácticas en nuestra cultura que generan descontento y señalamiento como una cultura machista, pero es en ocasiones el desconocimiento cultural, se desconoce el valor que tienen los laulayu dentro de nuestra familia ya que la cultura occidental por medio de su educación y religiones han influenciado de manera muy rápida en nuestra educación propia. 

¿Es posible que se esté perdiendo el rol fundamental del hombre y la mujer en nuestra sociedad wayuu? claro que sí, porque nos dejamos influenciar de otras culturas y no nos preocupamos en fortalecer la nuestra, esto nos deja como consecuencia la perdida de la propia esencia del ser wayuu, que en muchos casos ni la familia toma conciencia, no presta atención a lo que está pasando en la actualidad, tratan de desconocer  lo que está pasando con la nueva  juventud y solo cierran los ojos y continúan sus vidas sabiendo muy bien que no educan como lo hacían los mayores desde tiempos anteriores, entonces, si somos partícipes principales de la educación errónea de la organización familiar, de la falta de consideración de los roles que son definidos por nuestros ancestros a base del respeto, ahora es importante enseñar de generación en generación nuestra educación propia desde nuestros hogares para la pervivencia de nuestra sociedad wayuu, con equidad e igualdad de roles sin perder nuestros usos y costumbres.

Texto: Oriana Iguaran.

El Papel de la Espiritualidad en la Organización Social Wayuu

 

El Papel de la Espiritualidad en la Organización Social Wayuu

Texto: Ernesto Fernández

La organización social wayuu está constituida por un conjunto de principios que se basa en la cosmovisión ancestral que guía la conducta espiritual, cultural y moral de nuestros núcleos familiares.

El primer wayuu que habló a toda la sociedad, fue Utta, (primer putchipu) con una  voz de armonía para su pueblo, impartiendo lo qué es la organización de los diferentes eirüku que conforman la sociedad wayuu. Por otro lado, se manifiesta el papel importante de la mujer Mma (tierra), la madre de todo. Asimismo, se rigen muchas raíces que abarca toda la estructura del pueblo wayuu.

Dentro de esta organización social el putchipu, juega un papel fundamental porque es el que orienta, concilia y es intermediario en los conflictos y la soluciones.

Sin embargo, estas prácticas ancestrales vienen desfalleciendo porque muchos de nuestros hermanos wayuu usan el nombre sagrado del pütchipu para fines comerciales sin tener los valores adquiridos por los ancestros, Lapü (dios te los sueños) que guía al pütchipü para mantener esa serenidad entre los demás y también son personas que no vienen de la escuela de los sabios de la palabra: los abuelos y abuelas que siempre nos inculcan los valores para estar en armonía como pueblo y en contacto espiritual con la madre tierra porque el buen pütchipu a través de su compañero Palisepai (bastón que lleva el putchipu) siempre se apoya en el suelo para conectarse  con lo espiritual, para preservar esa esencia de estar neutral entre las dos familias afectadas por ciertas problemática.

Mientras que, en algunas partes aún se mantiene la identidad  ya sean en la oralidad y en la memoria de los abuelos,  por eso tenemos el compromiso de buscar e indagar sobre ciertas temática, nos decían una wayuu Epieyu “ aún que no sea nuestros abuelos de sangre hay que mantener ese respeto hacia ellos porque ahí es donde reposa la verdadera sabiduría, desde sus experiencias nos contará historias eternas, eso está en el alma de nuestro watushinuu (nuestro abuelos), son las biblioteca andantes más importante para el wayuu ”,por otro lado la práctica ancestral del escucha ya no se ven, más que todo en los jóvenes que ya no se sientan con sus abuelas que es  la primera maestra del hogar porque ahí es donde se transmiten los valores que nos guía por el camino de la paz. 

Además de ver muchas realidades en las comunidades wayuu, aún estamos a tiempo de seguir enfocándonos en la sabiduría de los abuelos porque somos los solemos alejarnos de ese camino de paz y armonía que han trazado los mayores para mantener el equilibrio a través de la palabra.

De igual forma las personas que representan a su familia (ala´ula) putchipu mediador wayuu tiene una tarea de que sean conocedores de los saberes ancestrales porque es el principio de todo para ser representante de sus familiares, ya que sin esos valores no se puede sostener la tranquilidad de una sociedad, especialmente el contacto espiritual con la naturaleza. Antiguamente un putchipu antes de ir al arreglo de un problema tomaba media totuma pequeña de palisee (bija roja) para que tenga unas palabras serenas y así serenar el alma, del mismo modo ese putchipu no debe comer en la casa de la persona a quien le está resolviendo las problemáticas debido a que se puede tragar las palabras armónicas con los alimentos, por ejemplo: café, chica entre otros.

Todas etas practican se están perdiendo y el verdadero significado de la espiritualidad conlleva a la preocupación de cómo nos hemos alejado de nuestra cosmovisión, ya que hoy en día muchos wayuu no mantienen el equilibrio con nuestra cultura más bien se ven inclinados en la cultura occidental por eso en la actualidad se ven muchos conflictos familiares por ejemplo los achoniwaa (hijos paternos) no respetan a sus padres territoriales.

Debemos buscar una solución como pueblo, volver al origen, desde la escuela de comunicación del pueblo wayuu, escribimos las historias de nuestros antepasados y cómo resolvían sus dificultades a través de la palabra serena en los diferentes territorios. Es nuestro deber mostrar lo que se ven olvidados por la sociedad, los valores, achikuwaa (historia de origen), más que todo basándonos en las diferentes teorías de la organización social.


domingo, 22 de septiembre de 2024

Resistencia, Resiliencia, TERRITORIO base fundamental de un pueblo originario

 

Resistencia, Resiliencia, TERRITORIO base fundamental de un pueblo originario



Escrito: Dilexi Dayana Pushaina Epinayu 

Fotografía:Ronald Fuenmayor 

En tiempos antiguos los wayuu bajaban desde la zona norte de La Guajira hacia el sur del territorio, en busca de pastos, agua para sus animales y las oportunidades para cosechar los distintos alimentos que brindan sustento a esta población, como lo son: ahuyama,  frijol, patilla, melón, maíz, yuca entre otros, en idioma wayunaikii se denominaba o’nowaa (trashumancia) de esa manera fortalecen sus prácticas económicas y no perdían su pensamiento wayuu. Afirma el mayor Luis González uno de los primeros wayuu en llegar al sur de La Guajira Colombiana habitante de la comunidad Nuevo Amanecer 

Precisamente esa Trashumancia hoy en día ha afectado al pueblo wayuu espiritualmente y físicamente así lo ha narrado Luis Misael Socarras del eirukuu Ipuana miembro de Fuerza de Mujeres Wayuu y Defensor de Derechos Humanos “cuando un jóven va para la ciudad cambia su manera de pensar, dejando a un lado esos valores que lo identifican como wayuu. Yo cuando voy a la ciudad no sueño, por eso al regresar a mi casa suelo quitarme los zapatos camino un rato para volver a recuperar la conexión con la tierra, así vuelvo a tener comunicación con Lapü” ( el sueño ) Relató Socarras 

¿Qué es migración?

El ministerio de salud y protección social   define la palabra migración como un movimiento individual o colectivo de personas a través de una frontera administrativa o política desde de un territorio a otro destino con el fin de radicarse de manera temporal o indefinida, el ente estatal identifica los diferentes tipos de migración y los define de la siguiente manera: Migración Regular, proceso de salida e ingreso del territorio nacional de ciudadanos nacionales y extranjeros debidamente registrados por los puestos de control migratorio habilitados por parte de la Unidad Administrativa Especial Migración; Migración Irregular, que es el ingreso o permanencia en el territorio nacional de ciudadanos extranjeros que no cuentan con los documentos de autorización establecidos por la normatividad vigente o cuyos documentos expiraron.

Por otra parte, la Migración Pendular, incluye a los y las migrantes que residen en zonas de frontera y se movilizan habitualmente entre los dos Estados, con la posibilidad de realizar múltiples ingresos y salidas al día, con el debido registro, mientras que la Migración de tránsito hace referencia a los y las migrantes que ingresan al territorio nacional sin vocación de permanencia con el propósito de dirigirse hacia un tercer país.

Migración para el pueblo indígena wayuu

El líder wayuu Luis Misael Socarras afirma qué para los nativos wayuu es un solo territorio, una sola historia de ancestralidad compartido que se originó a principios desde el norte de La Guajira Colombiana (Wüinpumuin) “el wayuu no es migrante siempre y cuando siga en territorio wayuu, por ejemplo, el wayuu que viene de La Guajira Venezolana hacía la zona Guajira Colombiana es retornado porque sigue estando en territorio, ahora sí sale a la ciudad es migrante, cuenta Misael.

La lideresa y vocera wayuu Juana Rita Velázquez cuenta que dentro de la cultura wayuu existen varios motivos para migrar , “migran por qué se casan con otro perteneciente a otra comunidad, por la falta de oportunidades, en busca de una buena vegetación para sus animales” Contó Rita

JÓVENES WAYUU SALEN EN BUSCA DE UN MEJOR FUTURO 

La crisis económica que ha enfrentado América latina en estos últimos años ha obligado a que los ciudadanos de diferentes países emprendan destinos fuera de sus ciudades natales, pasando por grandes necesidades llegando al caso de costarles la vida, como lo ha sido el caso de las personas que han querido  llegar a los Estados Unidos pasando por la selva “El Darién”, siendo Venezuela el país con mayor número de personas en migrar a otros lugares de latino América según el blog notiwayuu en una publicación titulado “Peregrinaje de un wayuu hacia las tierras del norte” dice que ante la falta de empleo, el hambre en las comunidades y de una mejor calidad de vida no escapa el pueblo indígena wayuu, mujeres, hombres del grupo originario procedentes de la República Bolivariana de Venezuela han hecho parte de ese peregrinar que sigue avanzando más allá de Colombia, hacia países como los Estados Unidos

En una publicación del portal El Pitazo relata que entre el mes de mayo y julio del 2023 al menos 180 jóvenes wayuu emigraron hacia estados unidos los cuales afirman que debido a la falta de empleo y oportunidades de estudios académicos se vieron forzados a emprender toda esta travesía peligrosa por “El Darién” 

En el caso del país Colombia algunos jóvenes wayuu han emprendido su camino en busca de su desarrollo personal y profesional hacia la capital colombiana Bogotá y no todos han tenido la suerte de encontrar ese progreso para su vida en lugar de eso han regresado sin vida

Adelaida Vangrieken Defensora del pueblo wayuu dice “Los jóvenes salen de sus comunidades para buscar mejores oportunidades en las grandes ciudades como Bogotá, con el propósito de superarse y sacar su familia adelante y ser alguien en la vida, ya que en La Guajira son pocas las posibilidades que tienen de encontrar oportunidades laborales o profesionales.

La falta de oportunidades no ha sido el único motivo por el que los nativos wayuu han tenido que abandonar sus comunidades ancestrales; El desplazamiento forzado por las empresas multinacionales, grupos armados ha sido el motivo de mayor impacto en la población. Cañaveral, San Francisco, La orquesta, Espinal, son algunas de las tantas comunidades que han Sido invadidas por estos grupos quedando a la deriva sus habitantes 

Desde aproximadamente la década 1975 las comunidades afrocolombianas e indígenas comenzaron a sufrir una ola de desplazamiento a causa de la minería. donde has sido víctima de una estrategia llena de mentiras implementadas por la multinacional Cerrejón.

Adelaida Vangrieken cuenta “no tengo la fecha exacta pero más o menos en la década de los setenta la fuerza del estado y la multinacional minera desplazaron la comunidad los complejos a través de mentiras, diciendo que iba a mejorar nuestro territorio llegaron fue a dañar nuestro medio ambiente, y hoy en día los animales y la vegetación del territorio se ha visto muy afectada por esta explotación minera, y cuando nos bañamos en el este nos da enfermedades en la piel.

A pesar de los grandes desafíos de migración, desplazamiento forzado que ha venido enfrentando la nación wayuu siguen en pie de lucha, líderes como Juana Rita Velásquez invita a las futuras generaciones y a todo el pueblo wayuu a proteger más a su territorio “no importa la cantidad de plata que ofrezcan las empresas nada compensará el daño que han hecho y siguen haciendo, la base nuestra es el territorio, sin territorio no somos nada” Resaltó Juana


UN CAMINO LLENO DE SABIDURÍA ANCESTRAL

 


UN CAMINO LLENO DE SABIDURÍA ANCESTRAL

TEXTO Y FOTOGRAFÍA: ERNESTO FERNÁNDEZ


En el sur de la Guajira, municipio de Albania se encuentra ubicado la comunidad wayuu “Nuevo Amanecer” con una extensión 450 hectáreas y por afectación de la vía férrea de cerrejón solo 120 hectáreas está habitada por 20 familias de diferentes eirukuu, (clanes) los pushaina y sus achouniwaa, (hijos paternos), los epieyu, jayaliyu, ipuana, con una cantidad de 120 persona aproximadamente incluyendo niños, niñas, adolescentes, adultos y ancianos.

Esta pequeña comunidad a pesar de que tiene apenas seis años desde su fundación ya cuenta con un colegio y una Unidad de Atención Comunitario para niños de cero a cinco años (UCA) en beneficio de todos los territorios aledaños, Nuevo Amanecer es símbolo de lucha y perseverancia de la mujer wayuu.

“Mis ancestros se vinieron de Jálala para este territorio que anteriormente se llamaba Apanapuil, caminaron el extenso desierto polvoriento y lleno de sueños en busca del buen vivir y pasto para sus animales, en wayuunaiki esa práctica se conoce como O´nooshi (trashumancia), en el año 1984 esta tierra nos recibió con los brazo abierto y aquí se conocieron mis padres, mi mama se unió con un wayuu epieyuu y del fruto de ese amor nací, en este suelo enterraron mi placenta bajo la sombra de los trupillos que me vieron nacer”, narró Rosa Linda flores de eirüku Pushaina, docente.

Por otra parte, el territorio ha sufrido un cambio total por ser un lugar de exportación minera por eso se ha perdido la práctica de la trashumancia wayuu al sur de la Guajira, “con el tiempo esta tierra fructífera se vuelve la más contaminada por la explotación minera del cerrejón, a pesar que hemos pasado por muchas dificultades seguimos unidos es lo que nos hace resistente, ya nuestros animales no recorren el mismo camino antiguo porque vivé atormentado por la bulla del tren que cruza nuestro territorio cada día, hasta nuestra siembra no crece en su normalidad ”,cuenta Luis Ángel Pushaina alaulaa, (jefe familiar de la comunidad).  

 Pasaron muchos años para que la familia pushaina  retomará este lugar nuevamente hasta tuvieron que mudarse a otro territorio que se llama “La Esperanza” perteneciente a los Apushana y sus familias paternos los Epieyu, ahí pasaron por tantos problemas familiares que afectó mucho su vida social, cultural, laboral  y mental hasta que a mediados del año 2017 se movieron a resolver su problemas legalmente ante las entidades gubernamentales, el 27 de octubre del mismo año llegaron los del ministerio interior,  asuntos indígenas regional y otros garantes del gobierno donde se firmó una acta que legaliza la familia pushaina como heredero de esta comunidad que hoy lo llaman “Nuevo Amanecer”.

RETORNO A UN NUEVO AMANECER 

En una entrevista a la red de comunicación del pueblo wayuu la docente Rosa Linda Flores cuenta sus luchas para obtener esta comunidad que hoy llaman “Nuevo Amanecer”, “desde del día 27 de octubre de 2017 nos retornamos sin mirar atrás junto con mis 5 hermanos y mis tíos comenzamos a reconstruir nuestras viviendas, todo esto estaban llenos montes el primer día amarramos los chinchorros debajo de los trupillos porque somos wayuu de buen corazón y muy celosos con nuestro principios y valores, en  el alma sentimos la necesidad de estar eternamente en este territorio, con una yanama (trabajo colectivo ) logramos la primera casa para toda mis parientes  con el tiempo luchamos hasta lograr muchas cosa en pro de la comunidad, la primera gestión fue un pozo de agua potable gracias a la fundación Club Rotario de Medellín en el año 2019, aun así seguíamos con la necesidad de educar a los niños en un espacio de buen estado”, cómo docente dice tener el compromiso de instruir a sus alumnos así sea debajo de los árboles, sin embargo, refirió que un día recibieron la visita de miembros de la asamblea departamental. “En ese momento presentamos las falencias que afecta nuestro niños y niñas en la educación, y con el tiempo se construyó este plantel educativo desde la gobernación de la Guajira, el cual fue entregado bajo la Resolución No. 0604 del 2023, y cada día estamos mejorando hay 27 estudiante de multigrado de prescolar hasta quinto de primarias disfrutando de una educación de calidad” afirmó la docente.

Preservación de los valores ancestrales

En este territorio aun se conserva la riqueza cultural del ser wayuu conocido como kamanewaa (la amistad), una de los valores más importante que traza el camino en su vida cotidiana para que sea reconocido por su apushii (todos sus familiares que conforma su árbol genealógico). 

Además cuentan con la guía de una sabedora ancestral, la señora María Estenia Pushaina autoridad tradicional, quien refirió: “He caminado el territorio instruyendo las sabias palabras de mis ancestros, más que todo a mis hijos para que sean respetuosos a todo los mayores porque ellos son los libros andantes que nos rodean, para seguir tejiendo las historias contadas por los viejos tienes que ser una persona kapajalashii (que escucha) para después interpretar, por eso mis hijos son respetados en este territorio ya tienen sus animales, cementerios y entre otros”.

Esta lucha ha marcado la importancia de la mujer wayuu para orientar a sus familias por el camino de la paz, teniendo en cuenta el territorio ancestral como la base de todo, donde se desprende lo espiritual lo social y lo cultural, además toda esa historia narrada por los mayores traza una línea del tiempo de manera espiral que el territorio wayuu no tiene fronteras y que su origen es Wuinpümuin al pies de la makuira situado en el norte de la alta Guajira, sin embargo los antepasados recorría el departamento junto con sus rebaños siguiendo la huella de juya(dios de la lluvias), así en su pasó dejando a sus hijos viviendo en los diferentes regiones de la Guajira.