“Eküna anainjer tu serueza” “De la cerveza también se
come”
Por, Paola Vangrieken, Wayuu Uliiana/Escuela
de comunicaciones del pueblo wayuu
Un problema familiar
lo trajo hasta Manaure, él tenía tres años y era 1985 cuando comenzó su vida en lo que el
después trataría como su pueblo natal. Daniel Robles es el menor de 11 hermanos
y desde muy joven aprendió defenderse con diferentes trabajos.
Estudió hasta noveno grado, y según él esa es
la razón por la que hoy vende cerveza, “para ser aseador exigen que tenga un curso, si solamente es bachiller
no le dan el trabajo, tiene que tener un título o un cartón donde diga que es un tecnólogo y así pueden trabajar en
cualquier lado”.
Daniel Robles, como
muchos de los indígenas que no terminaron su bachillerato, ha explorado un
sinfín de trabajos informales, “yo siempre he trabajo en oficios varios
cualquier cosa que siempre salía por allí siempre me le media y también tuve la
oportunidad de trabajar en una expresa por unos meses pero era por contrato”.
El 1994 con 22 años,
decidió ser su propio jefe, compró unas cajas de cerveza las enfrió e inauguró
su propio local “lo que me impulsó a poner este negocio fueron las necesidades
que pasé, dije porque no trabajar en esto si también es un trabajo normal, de
la cerveza también se come y me permite sostener a mi familia”.
A los pocos años el
negocio creció, ya no era él sólo, se había convertido en una fuente de trabajo
para otras 3 personas “me ayudan con la cuestión de atender a los clientes
quien nos visita diariamente en este negocio. Soy el encargado de administrar y
estar pendiente de lo que hace falta. Diariamente se compra 20 canasta de
cerveza para que quede para el fin de semana hay días que son buenos y hay días
que son malos que casi no se vende nada”
“Sé que para
conseguir un trabajo es difícil hay que tener una buena palanca porque no es
fácil de conseguirlo, las cerveza se las compro a mis amigos por
cantidad quien me los vende por menos precio en el municipio de Uribía cerca de
Manaure”, este wayuu, consiguió en la venta de cerveza un trabajo con que mantener
a su familia y le brinda la oportunidad de trabajar a otras personas.
Daniel, es consciente
de los riesgos que tiene el negocio que emprende. Por eso lo continua ampliando, desde hace pocos años también
sirve almuerzos y gaseosas.
En medio de la música
recibe a sus clientes, a los más jóvenes
les aconseja que estudien “les doy mi testimonio, y les digo que en mis tiempo
había menos programas y ayudas, los pobres no teníamos plata para ir al
colegio, que aprovechen las oportunidades que les dan, que la juventud es muy bonita”
En el 2017 ya cumplió
45 años y habla como si su juventud hubiera pasado hace mucho tiempo, es la experiencia y el sacrificio que lo
acreditaron de un gran cúmulo de madurez, por las mañanas. Siempre está
sonriente y maneja su negocio como si
fuera un municipio pequeño, está pendiente de los deberes , de las necesidades,
de los mercados a explorar, de las esperanzas y de las ilusiones de crecer.
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