domingo, 29 de octubre de 2017

Katiana Pushaina - Vendedora de Carbón


“Tayoutuin nayatain tachonyuu, tachekuin nekirajain karalouta”/ “Yo no quiero que mis hijos trabajen porque quiero que ellos estudien”

Por: Emma Saurith Wayuu Uraliyuu/ Escuela de Comunicaciones del pueblo Wayuu

En la cultura wayuu, la  familia es matrilineal, la madre es de quien se  hereda el clan. La familia paterna es familia  secundaria.  Es por eso que diariamente en La Guajira, Departamento de Colombia habitado en su mayoría por indígenas de este pueblo, se ve la creatividad comercial de las mujeres wayuu como una lucha para garantizar el bienestar de sus hijos, que establece  la extensión de su clan.

En Manaure, municipio salinero ubicado al Norte de este departamento, junto con los primeros rayos del sol, sale  Katiana Pushaina Jusayu en una bicicleta desde Ishashimana hasta el centro poblado, un recorrido de 20 minutos para trabajar y  comercializar carbón. Tiene tres hijos, uno de 7, de 3 y  2 años, es una mujer wayuu que le gusta trabajar. No habla español  y nunca fue al colegio.

Katiana a sus 24 años tiene 2 trabajos,  y sus días comienzan a las 4:00 de la mañana, sus horas de descanso son pocas, está casada y su esposo es quien cuida de sus hijos y de la casa.

P. ¿­­­­­Cómo es tu trabajo?
K. Yo me levanto a las 4 de la mañana a vender carbón en el mercado, llevo siempre 5 bultos pequeños en mi bicicleta, luego que termino de venderlo voy a una casa donde trabajo como domestica allí entro a las 7 .

P. ¿Cuántos palos quema a la semana­­­­ para hacer el carbón? ¿Este fogón lo arman en un lugar específico­­­­­?
K. Para un fogón pequeño, se necesita cortar de 6 a 7 palos de trupillos, la cantidad que necesitamos cortar depende del grueso del palo, lo dejo 1 o 4 días para que se seque bien cuando este cocinando estos árboles que picamos lo dejamos por la mitad para que vuelvan a crecer otra vez porque nosotros no los sembramos ellos mismo retoñan.
El fogón lo hacemos donde cortemos los palos para poder picarlos y recogerlos, ahí mismo armamos el fogón y ahí mismo lo quemamos le colocamos alrededor paja o tuna y sobre ella echamos cactus para que se cocinen bien y el humo se concentre sobre el carbón.

P. ¿­­­­cuánto dura este proceso?
K. Buscando los palos y cortándolos de 4 a 5 días,  armando el fogón y quemándolo duro 1 día y quemándolo 3 días.

P. ¿­­­­­cuáles son las herramientas de trabajo?
K. La pala, hacha y machete.

P. ¿En cuánto lo venden­­­­­?
K.El bulto pequeño lo vendo en tres mil y bulto grande en doce mil, que es 4 veces de lo que trae el bulto pequeño, de cada saco me gano mil  pesos y mi sobrino el resto porque él es el que hace el trabajo pesado

P. ¿Qué hace usted para que sus hijos aprendan de este oficio­­­­­?
K. Yo no les enseño porque el wayuu aprende viendo, yo no quiero que mis hijos trabajen porque quiero que ellos estudien.

P. ¿­­­­­De quien aprendió este oficio?
K. Lo aprendí de mi papa, él siempre ha hecho carbón y yo siempre lo ayudaba. Desde este año trabajo con mi sobrino, él es el hijo mayor y  tiene 4 hermanos, se salió de la escuela para hacer carbón y así ayudar a su mama para la comida.

P. ¿Su esposo a que se dedica­­­­­?
K. El también hace carbón, pero ahora como yo trabajo se dedica a cuidar a los niños y a cocinar, yo trabajo porque al hombre no le rinde tanto el trabajo como a la mujer, yo gano más que cuando mi esposo trabajaba con el carbón. Él se dedica a la casa, nos cambiamos los papeles, no porque yo quise si no por la situación, de alguna forma tenemos que comer por eso tengo 2 trabajos.

P.   ¿Quiénes les compran?
K. Los que más me compran son los restaurantes y los que fritan en las playas, siempre me pongo en el mercado a vender y en la casa de familia donde trabajo mis patrones me compran cuando se acaba el gas.

P. ¿cuál trabajo le gusta más­­­­­?
K. Los dos porque de ellos me beneficio y comen mis hijos.

Katiana, es una de las miles de  mujeres wayuu, que se aferra a  una  lucha por el sustento de sus hijos, es una mujer que con fuerza y creatividad lleva lo que se va a servir en la mesa de la casa, avala la educación de sus hijos y sueña con una Guajira mejor. Confía que con su esfuerzo facilita el trabajo de otros para entre todos mover a Manaure.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario