El camino de Lapü hacia la armonía del pueblo wayuu.
Producto de escritura - Comunidad de Oorokot
Texto: Dilmaris Fernández/Josué Uliana
“El sueño es el alma, porque si no soñamos no existimos, el sueño es el que ve la tierra y todo lo que hay alrededor, el sueño es el que prepara el camino para orientar el ser wayuu”
En la cosmovisión wayuu, Lapü se conoce como el sueño, que hace referencia a una deidad perteneciente a la primera creación, donde existieron los primeros padres de todos los seres, Araliatu (la claridad) y Piushii (la oscuridad), son estos seres primigenios de los cuales se generaron las cuatro creaciones; primera (los dioses), segunda (las plantas), tercera (los animales), cuarta (los humanos).
“Sukualu’u (en su caminar o andar) el sueño sólo es nuestro ser, con la que acomodamos, sentamos y arreglamos la tierra (mma)”, estas fueron las palabras que nos relatan desde el sentir propio Edelmira Hernández, docente de preescolar, una mujer de piel clara, voz serena y mirada profunda. “Yo no me denominaría con el nombre de sabia o experta en cosmología, más bien quiero que se me conozca como investigadora de mi cultura” afirmó mientras narraba sentada alrededor de la fogata matutina.
En nuestra vida cotidiana se hace uso especial de las manifestaciones del sueño, como la fórmula elemental para interpretar y recrear un vínculo espiritual con lo mítico y sagrado. A partir de la revelación del sueño se establece el contacto con el territorio, que condicionan un comportamiento en la vida social y espiritual.
El wayuu posee un conocimiento sobre las propiedades curativas de las plantas que existen en su entorno y fuera de ellos, gracias a la importancia que da al sueño, sus diversos ritos y ceremonias de carácter sagrado, han creado un conocimiento basado en la experimentación y las prácticas, con el arte de la sanación al que se consagran.
Los wayuu tienen un amplio conocimiento y manejo sobre la medicina propia, la oralidad y la espiritualidad. Todo esto se encuentra relacionado con el akua’ipa (el ser wayuu), donde se tiene la creencia en los dioses, quienes guían los saberes wayuu, a través de los sueños transmiten los conocimiento propios; desde la niñez, los mayores son los maestros que comparten su sabiduría en aquello llamado espacio-tiempo, esta formación es basada en la observación e imitación, creando hábitos de disciplina y responsabilidad en la niñez hacia los distintos oficios y profesiones culturales. Es así que el proceso enseñanza-aprendizaje se sostiene en la oralidad y el sistema normativo wayuu, una de estas formas de pervivencia cultural que el pueblo mantiene es el conocimiento sobre la medicina ancestral.
Seres formadores
Las medicinas tradicionales (epinasee) para el pueblo wayuu tienen funciones principales clasificadas en atender las enfermedades de la mente, cuerpo y del alma. Cada sueño es un principio y un propósito, en ellas también influye el momento en se desarrolla el sueño, existen sueños llamados lapüsanaiin (sueño para cultivar, que brinda prosperidad y buen hablar), apitsut (sueño que es el portavoz de noticias, este sueño necesita ser cumplido dependiendo del aviso que le dé a la persona), lapü malijatü (sueño que ocurre en la madrugada y dará aviso de algo que ocurrirá ya). Lapü son ancianos que visitan en la madrugada y avisan que se acerca el acontecimiento, el sueño puede decir corre –grita para que el alma despierte y cumpla con el propósito designado, la emergencia del sueño está en las horas en la que se tuvo.
Los sueños aparte de brindar un mensaje también muestra la solución para una sanación, es tan preciso que puede llegar a mostrar el lugar, el tiempo para encontrar la curación. No todos los sueños se pueden contar en público ni frente de los niños, sino entre los abuelos de la casa, también existen sueños que deben quedar entre la guía espiritual y la persona quien lo soñó debido a su significado, ya que al ser contado a otras personas puede traer consecuencias negativas tales como accidentes, enfermedades y muerte.
Interpretación de un sueño ,
“En cierta ocasión un hombre soñó que se encontraba caminando en un desierto buscando agua para aliviar su malestar y calmar el alma, el inclemente sol le acompañaba en ese camino, el sol brillando en su frente, los pies cubiertos de polvo y cansados de tanto tropezar buscando descanso, a lo lejos divisó un cují que se mantenía en medio de la nada, apresuró los pies para llegar hacia él y refugiarse bajo su sombra, logró llegar y lo primero que hizo fue tirarse entre sus raíces, mirando el cielo descubrió que la vista llevaba a un paisaje de un sol hermoso que brilla con ímpetu en eso pensó; ¿cómo llegué ahí?. En su descanso quedó dormido y Lapü llegó, lo visitó en forma de mujer donde le decía que la fuente de vida era de la tierra y de ella surgía el pensamiento de putchi samatsu (palabras serenas), debajo del suelo hay agua y crecen las raíces de las plantas, alejándose le dijo ve y sumérgete en las aguas del mar para curarte de los espíritus malignos que atormentan tu mente. Despertó mirando el techo, quieto estaba para que el sueño no saltara de él y se le olvidara, luego de un rato se levantó de su chinchorro y se dirigió a la cocina donde se encontraba su abuela haciendo café, ella lo miró a los ojos y le pregunto; ¿kasaa pulapuinka? (cual fue tu sueño)”, y junto al fogón donde se prepara el café empezó a relatar la historia que le reveló Lapü.
Hermoso trabajo 👏🏾
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