Guardianes wayuu del río Ranchería, un reflejo de responsabilidad con las futuras generaciones
En la comunidad indígena wayuu El Pasito, ubicado en la jurisdicción de Riohacha, distrito capital del departamento de La Guajira, hacen vida 19 guardianes de ambienta y paz que se dedican a cuidar la flora y la fauna de este territorio. Según cuentan los habitantes de esta comunidad, anteriormente la flora y la fauna se veían fuertemente afectadas, en especial diversas especies de aves como el cardenal guajiro, el turpial, así como el cangrejo azul, mientras que en cuanto a vegetación había tala de manglares, un daño al ecosistema que lo llevó al borde de su desaparición.
Ante esta situación, la comunidad reflexionó y decidió organizarse, mediante la Resolución 015 del 13 de noviembre de 2014, donde se designaron 162 hectáreas como áreas protegidas. A partir de esa organización y el liderazgo de sus autoridades, el 22 de agosto de 2019 se creó oficialmente la figura de los Guardianes Ambienta y Paz del Distrito de Manejo Integrado del Delta Río Ranchería, quienes desde entonces monitorean y protegen la biodiversidad de la zona.
José Vicente Cotes Ipuana, autoridad del Pasito y miembro de los guardianes expresó que hace varios años veía como estaban acabando las especies aves y árboles, “desde mis entrañas me hice una pregunta a mí mismo: ¿qué estamos haciendo? vi bastantes cangrejos azules que habían muerto envenenados con bejuco y guineo, solo para arrancarles las chelas o pinzas y comercializarlas en el mercado, además de la tala indiscriminada de manglares”.
Hasta que reflexionaron de la situación que estaba sucediendo en su territorio pensando en sus relevos generacionales, “nuestras futuras generaciones no las verán, y eso es muy triste, por eso pedimos ayuda a otras instituciones para capacitarnos en el cuidado del medio ambiente y la conservación de nuestras riquezas naturales, así fue como creamos a los guardianes ambientales a partir de ese conocimiento”, manifestó Vicente
Actividades de los Guardianes Ambientales
Actualmente, los 19 guardianes ambientales cumplen con un compromiso de monitoreo constante de la flora y la fauna, Ennor Vicente Cotes Larrada, guardián ambiental del DMI del Delta del río Ranchería, comentó, que desde 6:00 de la mañana salen hacer sus monitoreo en los diferentes lugares que corresponde a cada uno, “Durante el mes realizamos 5 monitoreos, dividiéndonos en cinco grupos de tres, manejamos tres formatos diferentes y contamos con aplicaciones como Timestamp y Avenza Maps, que nos ayudan en el control y vigilancia”.
En transcurso de su recorrido en la flora visitan tres tipos de bosques, los de galería, los de manglar y el bosque seco tropical, “los bosques de galería, por ejemplo, monitoreamos árboles como la ceiba y el roble, midiendo su diámetro, estatura y cantidad; en la fauna, registramos aves, reptiles, anfibios y todo lo que encontramos en los senderos, el oso hormiguero lo vigilamos mediante sus huellas, en el caso del cangrejo azul, diferenciamos si es macho o hembra, así trabajamos en equipo para proteger nuestro territorio”, contó Larrada.
Por otra parte cuenta con acompañamiento de Oenegés que le brindan capacitaciones y que está ejecutado proyectos, entre los que se cuentan Paisaje Rural, Corpoguajira, Acetax, wwf, PMA, Preservar y Cerrejón, esto son algunas que trabajan de la mano con los guardianes ambientales, “han cambiado la vida de las personas desde que nos organizamos como guardianes, la mayoría ya cuenta con un empleó gracias a las organizaciones que están desarrollando proyectos coMO la fundación WWF, hemos recuperado 5 hectáreas de siembra de mangles y con la fundación Preservar estamos sembrando 50 mil plantulas en Dibulla, Musichi y el Pasito . Asimismo con PMA está el proyecto de las Cayuqueras y la recuperación de las canales del brazo del río Ranchería” manifestó Ennor.
Además, resaltaron su entrega a esta gran labor de pasar a cazadores y pescadores a cuidadores del medio ambiente, en ese sentido, Olegario Cotes expresó, parte del equipo de guardianes de ambiente y paz, explicó: “durante todo este proceso hemos recuperado 12 hectáreas reforestando, por eso me inspira trabajar porque ya estoy viendo el fruto de nuestro esfuerzo, es un cambio total y seguiremos cuidando el medio ambiente”
La experiencia de los Guardianes Ambientales Wayuu del resguardo El Pasito demuestra que la organización comunitaria y el sentido de pertenencia son fundamentales para la defensa del territorio y la conservación de la biodiversidad. Gracias al compromiso de sus 19 integrantes, se ha logrado proteger especies emblemáticas como el cardenal guajiro, el turpial, el cangrejo azul y los manglares, que antes estaban en riesgo por la contaminación y la explotación indiscriminada.
Este proceso refleja no solo un esfuerzo ambiental, sino también un acto de resistencia cultural y de responsabilidad con las futuras generaciones wayuu, quienes heredarán un territorio más vivo y en equilibrio con la naturaleza.
Escrito por Ernestor Fernández
Escuelante de las Escuela de Comunicaciones del Pueblo Wayuu “Jayariyú Farías Montiel”
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